El debate plenario sobre los presupuestos del Ayuntamiento de Sagunt para 2018 transcurría por los previsibles derroteros hasta que llegó el momento de la votación, cuando el interventor tomó la palabra para advertir de que los cambios de última hora en las bases de ejecución no contaban con la pertinente revisión de su departamento, así que «son nulos de pleno derecho». Ni las aclaraciones del secretario y el alcalde, que defendieron que esas modificaciones no tenían efectos contables, convencieron al funcionario, que con claros gestos dejó evidencia de su disconformidad.

Estos reparos no frenaron la votación en la que el cuatripartito (Compromís, EU, PSPV y ADN Morvedre) sufrió la baja del portavoz socialista, Francisco Crispín, quien manifestó así su disgusto por estas cuentas, como recogió ayer Levante-EMV. Esta ausencia a la hora del pronunciamiento se traduce en una abstención, misma postura que adoptó el edil no adscrito, José Vicente Muñoz, mientras la oposición votó en contra.

Entre los argumentos de esta última, Sergio Muniesa (PP) criticó el reconocido optimismo de las cuentas, que se traducirá «en una nueva equivocación, como ha pasado los dos últimos años por inflar los ingresos. Es mentira que se vayan a alcanzar los 79 millones, porque la recaudación consolidada está en 58 millones». Mientras, el portavoz de IP, Manuel González, censuró que se recurra a la deuda para cuadrar las cuentas, cuando este instrumento «debe servir en épocas de crisis y este gobierno está dejando sin margen al ayuntamiento para cuando realmente lo necesite».

Además, el segregacionista insistió en el desequilibrio en las inversiones entre el Port y Sagunt, «barriendo» hacia el núcleo histórico, argumento que desmintió también con cifras el portavoz de EU, Guillermo Sampedro. Desde Cs, mientras, Raúl Castillo insistió en que los ingresos previstos «no son reales» y también puso el énfasis en la deuda, que «se acerca al 75 %, que es cuando las alarmas saltan».

Desde el gobierno local, Enric Ariño admitió que una asignatura pendiente es el control del gasto corriente, aunque defendió las cuentas de 2018 como «buenas, sin ser las mejores». El edil de Hacienda también señaló que la base del presupuesto «es la liquidación de 2016» y destacó que el ayuntamiento «goza de una buena salud económica que le permite afrontar cualquier reto».

También desde Compromís, Pepe Gil replicó a algunas críticas al asegurar que «los remanentes se destinarán a repavimentación -como pedía IP-; de los 20 millones pedidos en préstamos, 6 fueron para pagar malas gestiones del pasado y de plusvalías -que algunos dudaron de que alcanzara la recaudación prevista- ya hemos ingresado 1,7 por Mercadona y Crown».

Por su parte, el portavoz de ADN, Pablo Abelleira, destacó que «el optimismo es la palabra clave, en referencia a las ganas de hacer cosas y el duro trabajo que nos espera para gestionar 80 millones».

Las frases:

Enric Ariño (concejal de Hacienda): «Las cuentas recogen una visión optimista de la situación de Sagunt»

Pepe Gil (portavoz de Compromís): «Es un presupuesto para todas las personas, que invierte donde hace falta»

Sergio Muniesa (portavoz del Partido Popular): «La alegría de hoy serán las lágrimas de mañana por gastar lo que no tienen»

Guillermo Sampedro (portavoz de Esquerra Unida): «Estas cuentas hacen a la ciudad más humana, sostenible y accesible»

Pablo Abelleira (portavoz de ADN Morvedre): «Gestionar 80 millones requiere mucho trabajo y ganas de hacer cosas»

Manuel González (portavoz de Iniciativa Porteña): «Hay un deficit de 2,5 millones entre los ingresos y los gastos fijos»

Raúl Castillo (portavoz de Ciudadanos): «El aumento de la deuda en 14 millones casi hace saltar las alarmas»

José Vicente Muñoz (concejal no adscrito): «Sagunto puede endeudarse, pero hay que tener cuidado»