Una familia de Sagunt de siete miembros, tres menores y un octogenario, se enfrentan al cuarto intento de desahucio en un año.

La última orden de alzamiento del inmueble está prevista para el próximo viernes, 12 de enero, momento en el que estos vecinos deberán entregar las llaves de la que ha sido su casa desde hace más de veinte años. «Daré las llaves porque no tengo otra alternativa, pero no voy a renunciar a mi casa y que a nadie le quepa dudas de que voy a seguir luchando por ella», adelantaba a Levante-EMV la matriarca de la familia. Un año de «angustia» que le ha acarreado serios problemas de salud. «Estoy muy tocada, pero no me van a flaquear las fuerzas», insistía.

Esta vecina mantiene la esperanza en la «humanidad» del juez y espera «que tenga a bien retrasar el alzamiento hasta que se celebre el juicio que tenemos pendiente en Granada», que tendrá lugar el próximo mes de febrero. Éste es «crucial», ya que puede dejar claro que hemos sido objeto de estafa».

La familia interpuso una denuncia en un juzgado de Granada por «compra encubierta», contra el propietario actual de la casa, que adquirió a través de los «fondos buitres». Estos vecinos esperan que la justicia les dé la razón y con una sentencia a su favor poder recuperar su hogar. Por eso, solicitan al juez del juzgado número dos de Sagunt que «me conceda algo más tiempo porque ese juicio puede ser determinante para volver a mi casa».

A primeros de 2017 se decretaba el primer alzamiento, que fue rechazado, pero meses después la familia volvía a recibir una notificación del juzgado con una nueva orden de desahucio para primeros de mayo. La mediación del alcalde de Sagunt, Quico Fernández, en ese asunto, junto a la Plataforma de afectados por la hipoteca del Camp de Morvedre (PAH) y las gestiones de la concejala Servicios Sociales, Monica Caparrós, paralizaron «temporalmente» la salida de esta familia de su casa, ubicada en la calle Dos de mayo de Sagunt, que amanecía esa mañana repleta de enseres domésticos que habían ido sacando para proceder a su desahucio.

El tercer intento llegaba en septiembre. En ese fecha, la incomparecencia de los nuevos propietarios, que deben estar presentes en el desahucio puestos que son ellos los que lo solicitan, llevaron a que los agentes judiciales plantearan posponer el alzamiento una vez más.

Ahora la orden está prevista para el viernes y aunque sospechan que será la definitiva y tendrán que entregar sus llaves, no pierden la esperanza de que «el juez se lo piense y nos conceda unos meses más».

La matriarca recuerda que «nunca me he negado a pagar, no he puesto resistencia a nada, solo espero que nuestro comportamiento se tenga en cuenta y que el juez me permita unos meses hasta que salga el juicio».

Esta vecina desea que «se termine este pesadilla» y lamenta todo el daño que esto le ha ocasionado a su familia, « a la que le costará sobreponerse», decía, «pero si puede ser, que este final sea un final feliz en el que volvamos a recuperar nuestro hogar que tanto nos ha costado levantar», deseaba. La portavoz de la familia espera «que el juez me escuche», terminaba.