«El problema no está en la gente con mochilas que se coge unas naranjas, lo que no se puede consentir es que haya bandas organizadas que hayan convertido el robo de naranja en un oficio muy rentable». Así expresa el representante de los agricultores de Sagunt, Francisco Campillo, la desesperación que provoca que «todo un año de trabajo se vaya al traste en una tarde cuando te roban. Exigimos más agentes de vigilancia para los campos, especialmente en determinados horarios, porque estamos escaldados de que no nos paren de quitar la fruta».
Desde Les Valls, mientras,