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"El plan de Costas agrava la destrucción de tres playas con 40.000 usuarios"

Los vecinos presentan sus alegaciones contra el proyecto de los 8 espigones al norte de Sagunt

"El plan de Costas agrava la destrucción de tres playas con 40.000 usuarios"

La Demarcación de Costas, el Ministerio de Medio Ambiente y el Síndic de Greuges ya disponen de los argumentos de los vecinos de Almardà para oponerse al proyecto de Costas que contempla ocho espigones al norte de Sagunt para estabilizar el litoral de La Llosa y Almenara. Siete son concretamente las alegaciones presentadas por la asociación vecinal, que se resumen en el temor de que estos planes «agraven la destrucción de tres playas -Almardà, Corinto y Malvarrosa- que cuentan con una media de 40.000 usuarios cada verano».

En el escrito firmado por el presidente de la asociación de vecinos Playas Montíber-Almardà, José Girona, empieza por lamentar la «parcialidad e insuficiencia» del proyecto, al limitarse prácticamente a actuar al norte de la frontera provincial, cuando los problemas de regresión no se circunscriben a esa zona. Los residentes en Almardà también reclaman que se actúe en la gola de Quartell y no solo en la de Queralt, donde hay previstos dos espigones, en beneficio de la «eficacia» del proyecto.

Este escrito también llama la atención sobre el reconocimiento de Costas de que no se puede concluir que la alternativa elegida resuelva los problemas del sur de Castellón sin producir impactos en el litoral de Sagunt. Además de poner en duda también las previsiones sobre los trasvases de arena, los vecinos de Almardà alertan de que la documentación que acompaña al proyecto insiste en varias ocasiones en que las playas del norte de Sagunt son de arena, cuando «eso era hace décadas, antes de las actuaciones duras que se emprendieron en Castellón. Ahora, de los 4,4 kilómetros de costa entre las tres playas, apenas 400 metros son de arena», señala Girona.

De sur a norte

Las últimas alegaciones se centran tanto en la necesidad de que una hipotética intervención de este tipo empiece en el sur y vaya avanzando al norte como que Costas tenga en cuenta «la valoración positiva de la población sobre la existencia de espigones», según recoge la documentación. «No entendemos estos argumentos en un proyecto que supuestamente se basa en aspectos científicos», asegura Girona.

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