La aparición esta semana de las máquinas en la playa de Corinto ha vuelto a remover el malestar de los vecinos de Almardà por el estado de conservación de esta parte del litoral saguntino, sobre el que pende la amenaza del proyecto que tramita la Demarcación de Costas para la regeneración de las playas al sur de la provincia de Castelló.

Mientras los residentes de la zona estaban convencidos que esta actuación se limitaba a la habitual todos los años antes del verano para «repartir» las piedras de las playas del norte de Sagunt y «allanarlas», el organismo estatal aclaró que se trata de unas obras de emergencia en respuesta a los temporales sufridos en varios puntos de la costa valenciana durante el pasado invierno.

Esta operación, según explican fuentes estatales, consiste en la extracción de piedra de la zona situada al sur de la Gola de Quartell para «cribarla, coger únicamente la grava, quedándose la arena, y transportarla hasta la playa de Casablanca en Almenara, que sufrió pérdida de materiales durante esos temporales de febrero y marzo» de este año.

Estos trabajos, que arrancaron a principios de semana, están presupuestados en cerca de 125.000 euros y suponen el traslado de cerca de 6.000 m3 de piedra, según precisan desde Costas, antes de añadir que «el Gobierno trabaja para dar respuesta a la reclamaciones de los vecinos de Sagunt, mejorando la accesibilidad de los bañistas a las playas. Con esta actuación -prosiguen- se persigue que estén listas para la temporada de verano».

Tareas rutinarias

Precisamente esta era una de las exigencias de los vecinos de la zona, que la hicieron patente en las alegaciones presentadas recientemente contra el proyecto de regeneración de la costa sur de Castelló. Y es que, en contra de lo que ocurre este año, las tareas rutinarias de Costas en esta zona del litoral se limitan a esparcir las piedras, «de tal forma que no se soluciona el escalón que se produce frente a la orilla», según apunta un directivo de la asociación de vecinos de Almardà, Javier Gómez.

En esta línea, este residente en Corinto señala que «nuestras playas viven dos fases: en invierno que se mantienen en estado natural y en verano, cuando se hacen estas operaciones de allanarlas desde la gola de Queralt hasta Canet». Así, Gómez considera que la forma de minimizar ese «muro de piedra» que se forma cerca de la orilla es que la retirada de grava «se incorpore a las tareas de mantenimiento que se ejecutan de forma periódica».

Escalón frente a la orilla

Este vecino de Almardà cree que, en caso contrario, «se agravará el problema del escalón, que sufrimos desde hace más de cinco años y que dificulta el acceso al agua de la gente mayor o con movilidad reducida». Pero este no es el único problema, añaden desde la asociación vecinal, ya que el conocido como «efecto espejo» provoca socavones en el fondo marino, otro inconveniente que ha aparecido en las playas del norte de Sagunt.

Gómez advierte que «si alguien no conoce la zona puede tener un problema serio, especialmente los niños que juegan en la orilla y cuando el agua está algo removida».