11 de septiembre de 2010. Las habituales 18.30 horas de un sábado. El entonces Alser BM Puerto volvía a la máxima categoría del balonmano español después de 40 años y lo hacía con un claro triunfo sobre el Toledo, que se convirtió en la primera de las muchas fiestas de Asobal que el Ovni ha vivido desde entonces. Pero, tras la certificación matemática del descenso, el sábado es el momento de la despedida para la afición y también para el pabellón internúcleos, que en este último caso debería ser definitiva porque, en un hipotético regreso a la máxima categoría, ya estaría listo el polideportivo frente al cementerio del Port.

El vetusto Ovni, que no llegó a tiempo para la anterior época en División de Honor, se ha hecho un nombre en estos últimos ocho años, más por el ambiente creado en las gradas que por los resultados que, sin ser nada malos para un club humilde como el Fertiberia, ofrecen más derrotas que victorias. Concretamente en los 118 partidos de liga disputados en el pabellón internúcleos desde 2010, los rojiblancos saldaron con triunfo 45, algunos de ellos contra rivales como el Ademar León o el Granollers, 13 empates y 60 derrotas, algunas también memorables como las sufridas por muy estrecho margen contra Barça, Ciudad Real o Atlético de Madrid.

En este recuento, la mejor temporada en casa fue la 2012/2013, cuando 8 de los 15 encuentros se saldaron con victoria local, mientras que la peor, pase lo que pase el sábado, fue la 2011/2012, la del descenso deportivo y la repesca administrativa, cuando los porteños sólo sumaron 7 de los 30 puntos en casa.

En el apartado goleador, los rojiblancos han anotado 3.232 tantos, mientras que han recibido 3.382, lo que suponen medias de 27,4 y 28,7 goles, respectivamente. En el balance histórico, la pasada campaña fue la peor con 380 dianas a favor, un promedio de 25,3, siempre que el Fertiberia consiga el sábado más de 21 goles en su enfrentamiento contra el Cuenca. En cuanto a la mejor, la campaña 2014-2015 supuso 459 tantos a favor en el Ovni, una media de 30,6, aunque esa misma temporada también fue la peor en registros defensivos, con un promedio de 31,6.