Desde el primer momento Ana estuvo en el foco de la investigación, por sus continuas contradicciones y porque ella protagonizó dos momentos clave del caso. Primero fue quien vistió al niño el día en que se le perdió la pista y después fue ella la que encontró la camiseta del menor a tres kilómetros del lugar de la desaparición. En una zona que ya había sido rastreada, y completamente seca tras días de intensas lluvias.