El conseller Vicent Marzà defendió ayer, en el Fórum Europa-Tribuna Mediterránea, que la educación debe ser la «herramienta principal de cohesión social y de afecto hacia los otros». Por eso, apostó por hacer de las escuelas valencianas «espacios de coeducación y libertad». Durante su intervención, explicó que la formación de los niños y las niñas puede suponer un «ascensor social» y que las políticas educativas del Botànic «derriban murallas de desigualdades» y acaban con las diferencias sociales generadas «por la cuenta corriente».

Como ejemplo, destacó Xarxa Llibres, que garantiza libros gratis para todo el alumnado; las becas de comedor, que ya benefician a 139.000 escolares y las aulas gratuitas de dos años, que empezaron como un plan piloto y que ya acogen a 15.000 menores, según detalló.

Esto supone un ahorro de media de unos 700 euros por familia, que ascienden hasta los 2.500 en el primer ciclo de Infantil (de cero a tres años).

Del mismo modo, Marzà recordó que la conselleria trabaja por adaptar la oferta de FP a las demandas del sector productivo; por la democratización del acceso a la cultura; el fortalecimiento de los sectores culturales y creativos; y para fomentar el desarrollo de empresas con valor tecnológico alrededor del deporte, lo que también ve como un «factor de unión y cooperación».

El conseller recalcó que «la escuela y la cultura son espacios de construcción democrática». Para superar y enfrentarse a «los discursos del miedo y la confrontación que estamos escuchando», Marzà anunció que su departamento impulsará «un congreso internacional de educación y cultura contra el odio y la tolerancia».

En el acto, el responsable de Educación fue presentado por Sandra Mínguez, exportavoz de Podemos en las Corts y profesora de Secundaria, quien aseguró que los docentes no permitirán «que a los niños y niñas les impongan el odio».