Dulces...y salados. Desde unos boquerones a la tradicional tortilla de patatas convertidos en un refrigerio a degustar en tarrina o cucurucho. La imaginación no entiende de límites y es posible entrar en una heladería y pedir un helado de lentejas o de salmón, platos calientes propios del invierno adaptados al verano y bien fresquitos. Todo un reto para el paladar y los sentidos.

A continuación de presentamos algunas de estas arriesgadas propuestas heladas:

- Helado fallero: La heladería Llinares dispone de esta creación de sabor 100% valenciano, una combinación de calabaza y chocolate.

- Tortilla de patatas: Un plato que hace las delicias de los españoles con un toque lácteo y fresquito. Aquellos que lo han probado afirman que sabe a auténtica tortilla española.

- Cerveza negra: Un helado con un toque de un auténtica cerveza 'Guiness' irlandesa y chocolate.

Para los que imaginen cómo sería tomarse su cóctel favorito del verano como si de un helado se tratase ya pueden probar las nuevas variedades de mojito - siempre refrescante-, cazalla o crema de whisky.

También hay helado de hierbas, para combatir el colesterol o uno afrodisíaco. Algunos de ellos bien valdrían para acompañar diferentes platos.

A pesar de las nuevas apuestas artesanas saladas, la mayoría prefiere los sabores de siempre. Otras de las creaciones para los más valientes son: Rape con verduras, tomate, gazpacho andaluz, lentejas, pimientos de piquillo, alubias pintas, etc.