­

Lo que era una rivalidad personal larvada, en la que nadie decía una palabra de más en público, ha terminado de saltar por los aires. Cuando dos deportistas hacen lo mismo, tienen iguales objetivos y, encima, viven en la misma ciudad, es muy difícil que el resultado sea bueno. Hasta ahora, Laura Gómez y Ana Carrascosa, o viceversa, habían mantenido las formas, pero las palabras del novio de la primera, Sugoi Uriarte, han desatado definitivamente la hostilidad que hasta ahora quedaba en círculos íntimos.

¿Por qué las dos mejores judocas españolas del momento, valencianas para más señas, no se llevan bien? Los caminos de las dos extraordinarias deportistas se juntaron cuando Laura, que venía avisando en categorías inferiores cuando Ana ya estaba instalada en la élite mundial (se llevan cuatro años), decidió bajar de los 57 kilos (división en la que Isabel Fernández apuraba sus últimos años) a los 52. A partir de ahí, la lógica de los acontecimientos debería remitir al tatami y que ganara la mejor. Pero en estos años se han cruzado acusaciones, (nunca en público, todo sea dicho), de guerra sucia entre una y otra. Y que acabó en Londres, con Ana eliminada a la primera, con Laura, gozando de una acreditación, viéndolo en primera línea y con Sugoi Uriarte, el novio de Laura, que fue quien llevó la lata de gasolina a Televisión Española («Laura estaba mejor preparada») y a una emisora de radio («no he visto a Ana porque cuando pierde, desaparece»). Algo sorprendente en un deportista que no hace más que despertar admiración por su calidad como judoca y su intachable carrera académica.

En medio, la federación valenciana, cuyo director técnico es el padre de Laura, Salvador Gómez, un auténtico gurú del judo de la Comunitat Valenciana y la federación española, que fue la que estableció los criterios para deshacer el empate a puntos en el ranking internacional (iría la que tuviera mejores resultados en un Mundial). El antagonismo también lo representan sus clubes. Ana Carrascosa se hizo deportista en el club Judokan Valencia, una academia privada. Laura pertenece al Valencia Club de Judo. Una especie de centro de alto rendimiento apoyado especialmente desde la Diputación de Valencia.

Sólo un combate entre ambas

Por si fuera poco, ni siquiera han podido dirimir sus diferencias en el tatami. Pese a que se mueven en las mismas competiciones, el calendario ha sido caprichosa. Sólamente una vez se han medido en la alta competición. Y hasta eso acabó mal: ganó Carrascosa, pero se llevó de recuerdo un barrido que la dejó un par de meses parada. El resto del tiempo, los sorteos han querido mandarlas siempre a cada lado del cuadro. Y cuando han ido por el mismo, alguna de ellas, o las dos, han sido eliminadas antes de tiempo.

Lo cierto es que, en el más generoso de los análisis, Ana estuvo mal en el tatami y tanto Sugoi como Laura lo han estado fuera.