El hockey es cosa de familias. En Londres ha superado el centenar de participaciones olímpicas y en lo que respecta a la tradición española no es extraño llegar a la conclusión de que sin un grupo de gentes, especialmente de Terrassa, esta disciplina, minoritaria en lo que respecta a su presencia en el ámbito nacional, no existiría. En Londres juega por quinta vez en unos Juegos Pol Amat, el último exponente de una familia que ha estado presente en todos los éxitos olímpicos.

Los Amat estuvieron en la medalla de bronce de Roma (1960), la de plata en Moscú (1980), Atlanta (1984) y plata en Pekín hace cuatro años. A Pedro, Jaime, Francisco y Juan les han sucedido los hijos Santi y Pol. El bronce de Roma lo conquistaron Pedro y Jaime, las platas fueron de Juan en Moscú, donde fue capitán del equipo, Santi y Pol en Atlanta y Pol en Pekín. Pol ha triunfado en dos ocasiones de las cinco en que ha participado. Entre toda la familia ha sumado seis medallas y, sin embargo, quizá el mejor jugador, el gran goleador de Múnich 72, Paco, se retiró sin subir al podio olímpico.

El hockey sobre hierba cumple en Londres 101 años y es la vigésimo primera participación de la familia Amat. Pol es auditor y como la mayoría de sus compañeros se dedica a su carrera. Este deporte no da para vivirlo profesionalmente a fondo. Subsiste gracias al ámbito familiar.

En cada participación olímpica se han repetido los apellidos y se da la circunstancia de que Pol Amat es de segundo apellido Escudé, otra de las sagas de gran tradición. En el equipo actual unos de sus miembros más destacados, Juan Carlos Ballvé ha tenido una oferta desde Holanda y ha renunciado a ella porque después de los Juegos tiene intención de ingresar en un seminario.

En 1960, cuando en Roma se obtuvo la medalla de bronce, estaban los hermanos Eduardo y Joaquín Dualde Santos de Lamadrid, originarios de Betxi y con ellos Pedro Amat Fontanals, el primero de la familia que obtuvo galardón. A Luis María Usoz Quintana le sucedió su hijo Pablo Usoz Ciriza, medallista en Atlanta y posteriormente, al terminar Derecho en la Autónoma de Madrid, en la misma promoción que el Príncipe don Felipe, pasó a ser seleccionador del equipo femenino.

En aquella alienación histórica de Roma hubo apellidos que se fueron repitiendo como los Del Coso y Eguskiza. En Múnich con Paco Amat jugaron los hermanos Francisco y Jorge Fábregas Bosch.

En Moscú fue capitán en la conquista de la medalla de plata Juan Amat Fontanals y allí hubo apellidos como Fábregas, Malgosa, los hermanos Jaime y Javier Cabot Durán y los Arbós Serra y Arbós Perarnau. En este equipo jugó de defensa Juan Luis Coghen Alberdink, hermano de Mercedes, que fue directora de la oficina olímpica de Madrid y medalla de oro en Barcelona 92.

En la plata de Atlanta estuvieron Jaime Amat Durán, y Pol Amat Escudé, y los hermanos Jordi y Xavi Arnau Creus. A Juan Antonio Dinarés Massagué sucedió en Atlanta Juan Antonio Dinarés Quera.

Pol Amat, con 34 años, suma la veintiuna participación de la familia. Con su quinta aparición supera a su tío Juan quien estuvo en cuatro. En los últimos catorce Juegos ha habido doce intervenciones de la familia.

La familia sigue creciendo y ya hay nietos practicando el hockey. Jaime, Pol, Xavi y Pere también tienen este deporte en el ADN.

En la selección actual también hay herederos de la tradición. Como los Alegre y Freixa, actual capitán que ha superado una gravísima lesión de rodilla y se ha vuelto a lesionar con lo que se ha despedido de los Juegos. En Pekín estuvieron Lleonart, Quemada, autor del primer gol español en el torneo, Ballvé, Sallés, Terraza y Delás, Conocen el sabor de la plata.

Los Amat empezaban jugando en el jardín de casa siguiendo el ejemplo de Pedro quien fundó un club en Terrasa. Los Amat han vivido las transformaciones de este deporte y de los esticks de madera se ha pasado a los de carbono y los terrenos en que se compite ya no son de hierba sino de material sintético. En Londres, además, el color del terreno ya no es verde sino azul.

En Londres, como también parece tradición, se aguarda un buen resultado. Empatar con Pakistán, país ganador de varios Juegos y campeonatos mundiales, aunque no vive su mejor momento conserva parte de su habitual calidad no fue mal comienzo.