Entre las dos grandes divas retiradas del deporte español hay una sensible diferencia: Gemma Mengual contribuyó decisivamente a dar un exitoso salto de calidad a la natación sincronizada y Almudena Cid mantuvo estancada durante una década la gimnasia rítmica. Cuatro años después, la piscina ha bajado cuanto apenas un peldaño y el tapiz también. De muy bien a bien y de correcto a regulín.

Se dice ésto con la ligereza que supone la exigencia. Después de dos Juegos doblando medallas de plata, daba la sensación de que las chicas de la piscina estaban dotadas de una invulnerabilidad que sólo es imaginaria. Y si las rusas no bajan y las chinas aprietan, pasas al bronce. Sin paliativos, pero es el mismo bronce que otros que se han celebrado ruidosamente y es mucho mejor que otros que fracasaron. La seleccionadora española de natación sincronizada, Anna Tarrés, fue generosa con sus chicas. «Ha sido una de las mejores veces que han nadado, pero hay que mejorar el nivel técnico. Han estado muy bien, las he visto a la altura, acrobacias espectaculares, energía por todas partes, quizá nos ha faltado un poquito ese final, final, de darle un poquito más de potencia».

El equipo de rítmica, a la final

La gimnasia rítmica no pudo meter a Carolina Rodríguez en la final individual. Pero el equipo se metió en la final con el quinto mejor tiempo y, lo que es más prometedor, a dos décimas de las terceras clasificadas. El domingo vuelven todas con la puntuación a cero.