La gimnasta española Carolina Rodríguez se ha despedido de la gimnasia este sábado con un octavo puesto en la final individual de gimnasia rítmica en los Juegos Olímpicos de Río, que le asegura diploma, mientras que la rusa Margarita Mamun se ha colgado la medalla de oro.

De esta manera, la leonesa, de 30 años y que se retira tras sus terceros Juegos, concluye su participación en Río mejorando la decimocuarta plaza de hace cuatro años en Londres, y repitiendo el diploma olímpico que ya cosechó en la competición por equipos en Atenas 2004.

Con el favor del público ganado tras su actuación del viernes -donde fue séptima-, Rodríguez saltó al tapiz del Arena Olímpico dispuesta a certificar su diploma. Bajo los acordes de un tema de guitarra español inició la primera rotación, el aro, con una puntuación de 17.616 (8.750 de dificultad y 8.866 en ejecución) que resultó escasa para la 'torcida', que abucheó la nota de los jueces.

En pelota, un ejercicio dedicado a su hermano fallecido en accidente de tráfico en 2004, la castellano-leonesa, al ritmo de 'Imaginando' de Diana Navarro, mejoró sus prestaciones con un 17.683 (8.750 y 8.933) que le permitía posicionarse momentáneamente octava.

El 17.700 de las mazas, su especialidad, sirvió para que defendiese su posición en la general a falta de la última rotación, la de cinta, en la que un 16.950 le hizo sumar 69.949 puntos para confirmar el diploma olímpico.

Rodríguez, visiblemente emocionada junto a su entrenadora, Ruth Fernández, que le ha acompañado los 23 años de su carrera deportiva, se despedía de la gimnasia acompañada de su eterna sonrisa. Río premiaba el esfuerzo de la nueve veces campeona de España, ataviada con una camiseta con la leyenda 'Los sueños se hacen realidad'.