Desde que se incorporaron al mundo laboral en la época industrial, las mujeres han sufrido grandes discriminaciones respecto a los hombres. Hoy en día persisten los obstáculos para una inserción en el mercado de trabajo en condiciones de igualdad de oportunidades. Por otro lado, el trabajo doméstico y reproductivo tradicionalmente ha ido quedando en manos de las mujeres, tuviesen o no un trabajo asalariado, con lo que muchas han tenido que trabajar el doble; esta práctica nos debe hacer pensar en un debate sobre el reparto del trabajo.

A pesar de las diferentes normativas comunitarias y nacionales que establecen que por trabajo de igual valor el salario debe ser igual, diversos estudios demuestran que la discriminación retributiva de la mujer sigue siendo muy alta. Esta diferencia retributiva tiene su origen en diferentes factores, como son la menor valoración de los puestos de trabajo ocupados por mujeres, la clasificación profesional discriminatoria en relación con el género y una desigual configuración del salario y los complementos.

Otro factor es que las mujeres están concentradas en determinados sectores en los que generalmente los salarios son más bajos que aquellos donde hay predominio de hombres, y que en las empresas las mujeres están en las categorías más bajas. Una explicación del conjunto de los hechos sería que no se paga el trabajo, sino que se retribuye según quién realiza el trabajo.

Otro aspecto de la discriminación de las mujeres es el acoso sexual en el mundo laboral. Estas situaciones no sólo tienen efectos negativos para el mantenimiento del puesto de trabajo, sino que afectan gravemente a la autoestima de la mujer y provocan alteraciones en la salud. El acoso sexual es una forma específica de agresión dentro del entorno laboral. Generalmente, la actitud de las mujeres ante un acoso se caracteriza por el miedo, el sentimiento de culpabilidad, el desconocimiento y la falta de solidaridad respecto a otras mujeres afectadas. Sin embargo, cada vez más las mujeres se enfrentan a este tipo de situaciones.

Para CCOO PV, es necesario un cambio social que afecte a la organización del trabajo asalariado y doméstico, una asunción equilibrada entre hombres y mujeres de los dos trabajos y la creación de infraestructuras públicas. Es necesario que las mujeres se liberen de la parte de trabajo reproductivo que corresponde a sus parejas, que el reparto sea asumido conscientemente por los hombres y que el mercado permita este reparto entre los dos sexos.

Es necesario un cambio del actual concepto de trabajo cuando únicamente quiere justificar el trabajo realizado en la empresa, sin contar el trabajo hecho en casa. Es necesario luchar por un aumento considerable en el empleo de las mujeres con un empleo de calidad y no basada en la temporalidad y el trabajo a tiempo parcial. Es necesario que los gobiernos destinen recursos a la atención a la infancia, a las personas ancianas, discapacitadas y dependientes.

En CCOO PV sabemos que toda la actividad sindical debe impregnarse de la visión de género y que todas las políticas sindicales y las propuestas deben ser elaboradas sabiendo que las personas trabajadoras son hombres y mujeres. Por todo ello el lunes 8 de marzo a las 19.30 nos manifestaremos mujeres y hombres, para conseguir la igualdad real ya.