Sorprende que Zapatero haga planes para tres meses sin cambiar nada. Su mayor error frente a la crisis no ha estado en las medidas adoptadas, ni siquiera en su retraso, sino en la imagen acuñada de no enterarse de lo que pasaba. Es decir, la sensación, durante mucho tiempo, ha sido de bloqueo cognitivo ante la tormenta económica, y eso provoca más estragos aún que los errores. ¿Repetirá ahora Zapatero el fallo en el plano político?, ¿tampoco se enterará de la situación de emergencia del Gobierno como tal, o sea, como instancia suprema del poder? En circunstancias como las que vivimos no basta con tener resuelta la aritmética parlamentaria, y sacar un programa adelante por un voto. En situaciones como ésta, el Gobierno debe tener consistencia, estabilidad, fiabilidad, poderío, pactando con quien haga falta, y o se está en condiciones de hacerlo o hay que resignar el mando.