Los días duran ahora unas 15 horas. O, lo que es lo mismo, la noche sólo tiene unas nueve horas. Entramos en los días más largos del año, que crecen hasta el próximo día 21, cuando se produce el solsticio que marca el cambio de estación: empieza el verano en el hemisferio norte y el invierno en el hemisferio austral. Entre los días 18 y 24 la duración del día es máxima, con 15 horas y 4 minutos de luz. No obstante, antes de que eso ocurra, estamos ahora mismo en la semana del año en la que amanece antes. Es una cuestión de ángulos y de mecánica celeste, que se traduce en que unos días antes del solsticio amanezca antes y, también, en que después de dicho solsticio, a partir del 22 de junio, tengamos las jornadas en las que la noche tarda más en caer, o sea, cuando el Sol se pone más tarde. Este año, en cualquier caso, la nubosidad que afecta a buena parte de España desluce estos días teóricamente tan luminosos, en los que la posición de nuestro planeta y su eje de rotación respecto al Sol hacen que por encima del Círculo Polar Ártico no se ponga el astro rey.

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