Que se hable de que Zapatero planea cambios le viene bien, pues hace días había un clamor creciente para cambiarle a él. En realidad, ni una ni otra cosa son realistas. Cambiar a Zapatero a mitad de legislatura sólo tendría sentido si una moción de censura fraguara una nueva mayoría, algo que en medio de la crisis y con huelga general en ciernes no se hace, salvo caos total. Pero pensar que el cambio de unos ministros arreglaría el bajo tono de credibilidad del Gobierno es una tontería, o un modo de marear. Lo que hace falta es dar entrada, como primer vicepresidente, a un peso pesado económico, creíble en España y fuera de España, que mande de veras y en el que Zapatero haga descansar la dirección del país durante la crisis. Si no se hace es que aún no hay conciencia de la emergencia, en cuyo caso, antes de que llegue el desastre, la gente seria debería pensar en la mayor.