Como ustedes saben, el gobierno regional de Esperanza Aguirre está metido en un colosal embrollo de espías que lo mismo bucearon, supuestamente, en bragueta ajena que en andanzas políticas rivales, en el bien entendido de que, en este contexto, rival significa compañero y sin embargo competidor. La ferocidad de los homólogos es mucho más peligrosa que la de los distintos y extraños que, a fin de cuentas, no nos pueden querer tanto. Pese a la cantidad de indicios acumulados, a la lideresa Aguirre se le ha puesto una cara de elefante con paperas y aunque no sea tan sabia como su primo el poeta Gil de Biedma, eso no significa que sea tonta. De momento ha conseguido transmitir la idea de que la corrupción es un problema que salpica a cierta sede de la calle Génova: ella es pura energía limpiadora y viene del futuro.

El caso es que Sergio Gamón, el cabeza de los presuntos sabuesos irregulares, dimitió porque su ex, Yolanda Laviana, le dijo a El País que Gamón (el gamón cura eczemas y almorranas) es el mortadelo en jefe, pero, a continuación, la denunciante, o sea, la ex, fue despedida de su empleo como secretaria del presidente de Telemadrid, lo que confirmaría que la televisión autonómica, los presuntos espías y la presidencia regional se rigen por el principio de los vasos comunicantes y que a la cesada no se le han agradecido servicios anteriores como haber testimoniado a favor de su jefe en una caso de supuesto acoso sexual. ¿Acoso sexual? Ya ven que los despachos de las televisiones son más afrodisíacos que la Viagra, que se lo pregunten a Vicente Sanz.

Desde que el filósofo Carlos Fabra dijo aquello de que «qui paga, mana» que las escasas cauciones que defienden la institución y el presupuesto públicos de las tentaciones cortijeras han sido abatidas. Aquí lo normal es aceptar un despido por aparente «deslealtad» sin entrar en la capacidad de la empleada. Y por eso Alfonso Rus entrega becas y ayudas de la Diputación como si repartiera estrenas de su bolsillo el día de Navidad. En sentido institucional, vamos detrás de Ghana.