Pese al rechazo generalizado, el Gobierno mantiene sobre la mesa de negociación su propuesta de retrasar la edad de jubilación a los 67 años o ampliar el cómputo de las cotizaciones de quince a más años o toda la vida laboral. Y esto es algo que responde a cuatro premisas: la esperanza de vida ha aumentado en más de una década y la población está más envejecida; la tasa de dependencia de la población pasiva respecto de la activa es elevada; la incorporación de los jóvenes al mundo laboral es tardía y la de la mujer, todavía escasa; y la actual crisis ha desestabilizado aún más la sostenibilidad del sistema. La discusión se centra desde una visión estratégica de futuro en garantizar las pensiones más a allá del 2023 para asegurar la caja única de la Seguridad Social. La realidad es que la media de jubilación en España es la más alta de Europa y se sitúa en 63,8 años.

Y los autónomos de comercio, como el resto, somos los últimos en jubilarnos, a los 65, sin posibilidad de adelantar la jubilación sin penalización. Parece de sentido común que los derechos de los autónomos deben ser los mismos que los de cualquier trabajador general. Tanto cotizas, tanto derecho tienes. Pero la Dirección General de la Seguridad Social nos dice que el autónomo es deficitario para la caja única, porque supone más costes que ingresos, pese a ser el que más años cotiza y más tarde se jubila. Es más, sólo respecto del gasto sanitario, el autónomo es la joya de la corona, pues es el que menos utiliza sus servicios, el que menos acude al médico y el que menos bajas laborales se coge. Y ahora ni siquiera percibirá la ayuda de 425 euros mensuales si está en paro y no recibe ninguna ayuda económica. El argumento de la Seguridad Social debe matizarse, cuanto menos. Se hace necesaria la reforma del sistema de pensiones para todos y especialmente para los trabajadores autónomos, pues constituimos el sector más débil del sistema y cualquier reforma, por mala que sea, puede mejorar nuestra situación.Entendemos que el hecho de jubilarse debe ser un acto voluntario. Al autónomo no le preocupa los años que computa, pero debe tener derecho a jubilarse cuando quiera, cuando haya cotizado más de 35 años y no sólo si lo ha hecho en los últimos 15 años de actividad, pues este colectivo constituye el grueso del empresariado español y es el que garantiza el sistema.

La crisis nos ha demostrado que el Estado es más garante que los bancos y las aseguradoras con sus planes individuales-privados de pensiones y que el autónomo, que es uno de los colectivos que más ha sufrido la desaceleración económica y que más se ha esforzado individualmente por mantener su negocio, debe recorrer los pasos necesarios para acercarse a la situación de un trabajador por cuenta ajena.Esta crisis ha puesto también al descubierto la vulnerabilidad del sistema capitalista y nos ha enseñado que quienes tienen mayor solvencia son los Estados, que deben apoyar a quienes más contribuyen a la generación de riqueza y al mantenimiento de nuestro estado del bienestar, incluso trasvasando fondos de los presupuestos generales a la caja única para garantizar un futuro de bienestar para todos.

Representante de los autónomos en el Comité Ejecutivo de COVACO