Tres hechos de este agosto han puesto de relieve la poca solidez de la política exterior española: el boicot de Melilla, la liberación de los dos cooperantes secuestrados por Al Qaeda del Magreb Islámico y la muerte de dos guardias civiles y un intérprete en Afganistán. En el bloqueo de Melilla, el Gobierno ha evidenciado una clara incapacidad para solventarlo y ha tenido que recurrir (de nuevo) a los buenos oficios del Rey con su hermano, Mohamed VI, para dar por terminado el conflicto. Con la sensación añadida de que, en caso de ofensivas mayores, no parece que España cuente con el apoyo de las potencias con intereses en Marruecos (Francia y EE UU).

En el tema de los cooperantes (y aun comprendiendo que los familiares hagan lo posible para liberar a los suyos), la imagen transmitida, se quiera o no, es la de que secuestrar españoles en zonas conflictivas es un buen negocio, como ha reprochado indirectamente el presidente francés, Nicolas Sarkozy (quien, ante el secuestro de un conciudadano en la misma zona, optó por apoyar un ataque mauritano contra terroristas de Al Qaeda).

Por último, el asesinato de guardias civiles por unos talibanes muy fortalecidos, tras nueve años de intervención justa en Afganistán, aumenta las dudas sobre la presencia española en aquel país, no reconocida como misión de guerra por el Gobierno… aunque ya han muerto allí más militares que en la injusta guerra de Iraq (donde, pese a los problemas, el panorama es más estable). En un país serio, estos hechos habrían provocado asunción de responsabilidades o cambios de rumbo para asentar una estrategia coherente y duradera. Por suerte para ZP todo se olvidará, porque la mayoría estará pendiente en septiembre-octubre de no perder el empleo, mientras ve los partidos de Liga por televisión.

Cómo lo ven. Business Insider destaca el dilema de Alemania, tras capear mejor que nadie la recesión con sus exportaciones: si los alemanes dejan de lado sus planes de austeridad e impulsan el consumo interno, ayudarán a las débiles economías de sus socios europeos; si continúan con la contención del gasto, pueden poner en peligro la estabilidad de la eurozona. El problema es que gastar implica inflación… y eso causa terror en Germania desde los años 20. Cuatro años después de haber estallado la burbuja inmobiliaria en EE UU, expertos consultados por The New York Times auguran que se tardará otros 20 en volver a los precios de los inmuebles anteriores al crash (el sociólogo Richard Florida señalaba que, tras la Gran Depresión, la recuperación de los valores previos a 1929 llegó en… 24 años). Es más, la era en que la vivienda debía ser considerada como una inversión, con revalorizaciones continuas, habría terminado.

Cómo nos ven. Ante la liberación de los dos cooperantes catalanes secuestrados durante nueve meses por Al Qaeda del Magreb Islámico, Le Figaro se centra en las «dos concesiones» presuntamente ofrecidas a los secuestradores, que habrían ayudado a obtener la libertad de Albert Vilalta y Roque Pascual. Primero, facilitar la extradición de uno de los responsables del secuestro, de Mauritania a Malí (donde mejorará su situación penal): segundo, el pago de un rescate, calculado entre 3,8 y 10 millones de euros. The Guardian resalta la consolidación de España como «destino turístico de fertilidad», a partir del caso de una pareja británica infértil que logró tener dos hijas gemelas gracias al éxito (y a la rapidez, en comparación con centros británicos) de un programa de donación de óvulos de una clínica barcelonesa. Su único reproche es que, debido al anonimato de los donantes en nuestro país, las hijas no podrán saber nunca quiénes son sus padres naturales.

Qué se cuece. 233grados.com resalta la última iniciativa de Huffington Post: con el programa Eyes and Ears 2010 pretende reclutar a periodistas ciudadanos para completar el proceso informativo de los comicios legislativos del 2 de noviembre. Según la directora adjunta de dicha publicación, cuanto más se involucren los vecinos de cada estado en el proceso informativo, mayor control habrá de los candidatos y más importancia se dará a los asuntos locales.

Marketing Directo destaca las conclusiones del estratega de medios Ross Dawson, al afirmar que los diarios dejarán de ser relevantes en 10 años. No obstante, abre una ventana «para aquellos que sepan adaptarse a los nuevos tiempos, si saben explotar los dispositivos móviles (como el iPad)». En cuanto a los periodistas, sobrevivirán los que construyan una reputación profesional a partir de la supervisión de los periodistas ciudadanos, lo que implicará un trabajo más colaborativo con estos últimos.