Ya es hora de la política. El debate sobre los políticos, las familias y los intereses personales sólo merman el crédito de quienes queremos participar del futuro junto a la sociedad. La propuesta es necesaria desde la complicidad, la cercanía y el conocimiento de la realidad que se quiere transformar. La política soluciona, mejora y anticipa, y los socialistas tenemos que ser capaces de sorprender. Es urgente plantear los escenarios temáticos necesarios para configurar la idea de futuro que queremos ofrecer. En mi opinión, son tres los ejes sobre los que debe pivotar toda reflexión que quiera definir una opción válida de futuro.

Primero, afrontar con urgencia y valentía la revisión de nuestro modelo institucional de gobierno. No es posible entender que cinco administraciones públicas actúen sobre la misma población. Es fundamental concretar y evolucionar las competencias, los ámbitos de actuación y gestión. El debate institucional, no sólo el valenciano, sino también el español, tiene que abrirse y definir nuevas posibilidades para hacer frente a un futuro que no tiene nada que ver con el pasado de hace 30 años, en el que nació nuestro modelo actual. Definir formas de relación entre gobiernos, cauces de interacción con los ciudadanos y optimizar recursos de toda clase para que las instituciones den una respuesta eficaz, efectiva y eficiente y no sean una lucha de poder y pérdida de nuestro dinero.

En segundo lugar, el entero modelo económico y educativo hace aguas y debe ser reinventado. La Ley de Economía Sostenible establece novedades sustanciosas para un nuevo escenario. Nosotros tenemos que insistir en un modelo que apueste por la modernización real y el aumento de la productividad; planes estratégicos creíbles de impulso económico; mayor peso, decisión y acción en la política económica española; gestión del impulso financiero; búsqueda y promoción de nuevos mercados; reducción de la carga administrativa; fomento del emprendedor y apuesta por la tecnología, la vanguardia y el talento, con toda la atención puesta en la creación de empleo estable y de calidad. Todo, sin olvidar que no habrá un verdadero cambio económico sin unir los modelos educativos y formativos con la empresa. Es decisivo vincular instituciones, empresas, mundo educativo, formativo y los creadores de ciencia, tecnología y talento.

Tercero, los socialistas somos autistas frente a los jóvenes. Ni les entendemos, ni les preguntamos ni hacemos nada para acercarnos a ellos. Nuestro proyecto no sólo ha de contar con ellos, los ha de hacer decisivos. La generación de los 80 y 90 son los futuros activos, los que liderarán y participarán del mañana. Por eso, propongo la articulación de grupos de trabajo y participación que nos permitan saber más de ellos, atenderles más, tener mayor complicidad y hacerlos nuestros protagonistas. Sin ellos y sin su perspectiva, nuestra acción política pierde sentido y nuestra concepción de la realidad no será completa. Hay que avanzar en líneas estratégicas para trazar políticas de altas miras y no una acción de cortos propósitos que siempre suele girar en torno a una silla.

Miembro del Comité Federal del PSOE. Presidente de Conceptes