Dos helicópteros, alta definición, 114.000 Km de recorrido, cuatro reportajes por programa, cuatro personajes conocidos, desde Chenoa y Mallorca, Aitor Ocio y la costa de Vizcaya, a Paula Vázquez y Ferrol, o Raimundo Amador y Sevilla, Nuria Roca, una presentadora elegante con escasa suerte en sus últimas aventuras, un público que cada semana elige la propuesta que más le guste, y así, sobrevolando lugares y paisajes, y escuchando a los conocidos que defienden ese viaje a sus recuerdos, a su infancia, a las emociones individuales pero ahora compartidas con el espectador, se conforma Tu vista favorita, la del invitado y la de la audiencia. Es una buena idea, es un buen programa. Lo emite Cuatro los lunes, después de Callejeros. El problema para el espectador, si quiere participar enviando su voto, es elegir.

Es difícil optar entre lo hermoso y lo majestuoso, entre lo emocionante y lo maravilloso. Algo deja claro Tu vista favorita, varias cosas. Que se puede hacer un programa que, además de calidad, entretenga. Que tenemos un país estupendo, y que da igual donde miremos, a la Alberca salmantina de José Corbacho o al secarral hipnótico almeriense de David Bisbal. Que el viaje, la curiosidad por ver lo conocido y la curiosidad aún mayor por lo desconocido sigue siendo un aliciente para aprender, soñar, y ser estímulo sin salir de casa, o tal vez para sacarnos de ella y visitar esos lugares que no conocemos. El programa llega en un momento de auge, tal vez moda televisiva, de los programas de viaje, se llamen como se llamen y que, excepto cadenas que se dedican a funciones de barraca con olor a sobaquina, existe en todas. Bienvenido éste a la aventura doméstica.