En La ola, dirigida por Dennis Gansel, vemos la facilidad con que las dificultades de las personas parecen disolverse en el espíritu colectivo. En el grupo, como lugar de disolución del individuo, la atmósfera se enrarece pero todo el mundo parece feliz al seguir una causa. En La cinta blanca, dirigida por Michael Haneke, la disciplina de ese grupo ha cristalizado y los silencios sustituyen a la alegría juvenil de ir tras una ilusión colectiva. La rectitud, la pureza y la seguridad de una sociedad ordenada y estable persiguen toda individualidad. El camino entre La ola y La cinta blanca es el de los sueños juveniles de muchas generaciones y su cristalización en sociedades totalitarias. La identidad se sacrifica por el futuro colectivo de clase o nación y aquel idilio del grupo asfixia y cercena toda anomalía y toda libertad individual, define cualquier tolerancia como debilidad e impone el autoritarismo. Muchos aún sienten nostalgia por esa vida de ideales que nos alejaba de la realidad; en palabras de Zygmunt Bauman: «De este sueño nacen las ideologías, esos densos velos que hacen que miremos sin llegar a ver.»

En estos tiempos ha entrado en crisis el relato neoliberal y el socialdemócrata que ya no definen los actuales cambios de nuestra sociedad. Hoy, «la verdadera guerra es entre absolutistas y pluralistas», afirma el pensador iraní Ramin Jahanboglou. Nuestra Europa ha pasado de enviar emigrantes a recibirlos y ya no ocupa el centro del escenario. Necesita escribirse más a sí misma, construirse una historia más allá de los estados nacionales y huyendo de un concepto de identidad congelada y hermética, debe pulir sus aspectos más rígidos para adaptarse a los cambios.

En Alemania, durante estas semanas, se ha incrementado el lenguaje populista respecto a los inmigrantes iniciado con el libro del socialdemócrata Thilo Sarrazin que sostiene que la «nación alemana está amenazada». Continúa con las declaraciones de Angela Merkel dando por fracasado el intento de una sociedad multicultural. El miedo vuelve a surgir en la incertidumbre y ahora el chivo expiatorio parecen ser los cuatro millones de turcos. En Francia, Sarkozy venía a terminar con la excepcionalidad francesa y, con la expulsión de los gitanos rumanos y el retraso de la edad de jubilación, ha puesto en marcha un movimiento social potente entre trabajadores y estudiantes. Para muchos, en ese movimiento de contestación en Francia contra la política de ajustes del gobierno, se juega Europa su estado del bienestar mientras que, para otros, es una nostalgia de «viejos tiempos» que frena la modernización.

El movimiento de Zapatero con el reciente cambio de Gobierno pretende construir un relato que explique su política de ajustes neoliberal, ya que ha sido demasiado evidente que estas medidas han sido dictadas por los mercados y han respondido a sus conversaciones telefónicas del pasado 11 de mayo con Obama, Hu Jintao, Merkel y Sarkozy. De igual forma, el 20 de octubre en Ponferrada, cuando la crisis parecía limitarse a la sustitución del ministro de Trabajo, en escasas horas y tras de nuevo sonar los teléfonos, se convirtió en una crisis profunda por el acuerdo de estabilidad cerrado con el PNV en el contexto del fin de la violencia en Euskadi y el temor de los viejos cuadros socialistas de que la distancia electoral se fuera agrandando con el partido de la oposición.

Si los remakes en el mundo del cine consisten en filmar un relato ya filmado hace tiempo, en política, regresar a viejas fórmulas, a un camino ya andado y testado, parece pretender fidelizar al propio electorado y reducir la distancia en las encuestas. De esta manera, ha finalizado la originalidad de un modelo que ha llevado a la improvisación en política económica y a un amplio volumen de paro, a un descenso en la calidad de vida, en la solidez y en la imagen de España. Lejos de caminos originales volvemos a tiempo de remakes. Rubalcaba, en vez de la belleza del juego, busca la efectividad. Lejos de Match point pretende «salvar dos match balls y ganar el partido». El primer test del nuevo Gobierno será la reforma de las pensiones.