Las declaraciones de Angela Merkel sobre el fracaso del multiculturalismo en Alemania vuelven a centrar el debate sobre la inmigración en Europa. La reflexión gira en cómo garantizar la convivencia entre diversas culturas sin renunciar a los valores fundacionales de la Unión Europea, a pesar de los exámenes obligatorios de alemán y los test de nacionalidad. ¿Qué ha fallado? Que cada comunidad vive su identidad de espaldas a las otras y todas en conjunto de la alemana respecto de la cual se quiere obtener la nacionalidad. Alemania, con su modelo de trabajador invitado, no ha implementado las recomendaciones del Consejo de Ministros de Justicia y Asuntos de Interior de la Unión Europea de noviembre de 2004, respecto a un modelo de integración que garantice la participación, el acceso igualitario a servicios, la persecución de la xenofobia y, a la par del respeto a la identidad de cada uno, el compartir una cultura política común basada en el conocimiento de los valores de la Unión, del idioma, la historia y las instituciones de la sociedad de acogida. Aquí lo hicimos por iniciativa del PP.

Les Corts Valencianes aprobaron hace dos años la ley de integración de las personas inmigrantes, que además de garantizar su acceso a la sanidad, la vivienda, la educación y la orientación en el empleo, plantea un modelo plural que garantice el conocimiento del valenciano y el español, la Constitución, el Estatuto de Autonomía y la Historia de España, sin menoscabo de la propia identidad. Se trata de compartir una misma cultura política, la de la Constitución, respetándose mutuamente. Hace menos de un año, la reforma de la Ley Orgánica 4/2000 sobre derechos y libertades de los extranjeros en España, obliga a los poderes públicos a procurar, mediante acciones formativas, el conocimiento y respeto de los valores constitucionales y estatutarios, los valores de Europa y el aprendizaje de las lenguas oficiales, como factores esenciales de integración. Y ello, garantizando su acceso a los servicios públicos, su participación y la erradicación de la xenofobia; endosando esa competencia a las comunidades autónomas; por ejemplo, el artículo 31.7 señala que serán éstas las que acrediten el esfuerzo de integración del inmigrante, mediante su asistencia a las acciones formativas citadas a efectos de la renovación de su situación temporal en España o la emisión del informe de arraigo.

Estas nuevas disposiciones de la Loex las hemos desarrollado aquí mediante las escuelas de acogida, en concordancia con las recomendaciones de la Unión. También, con nuestros planes compartidos con el Estado para la integración de personas inmigrantes, o con los de Prevención de la Xenofobia, de gestión de la diversidad en la empresa, el despliegue de las Agencias de Mediación Municipal y la Ley de Participación Ciudadana. Constituimos una experiencia única en España, reconocida en los foros regionales europeos, españoles y norteamericanos. Y participamos en el debate con ideas y hechos, no con insultos y descalificaciones, tan comunes hoy en nuestra tierra. Para la Comunitat Valenciana es una apuesta de convivencia para el futuro pues en pocos años de cada diez valencianos, dos serán nuevos residentes o hijos suyos. Es el mismo dilema de la señora Merkel.