Argentina es el país que mejor entierra a sus muertos. De hecho, el culto a sus grandes muertos —Juan Domingo Perón y Evita— sigue centrando no pocos rituales del movimiento peronista, la principal fuerza política del país. Fuerza que ahora, tras la muerte de Néstor Kirchner, se apresta a librar una cruenta batalla interna para decidir quién va a ser el heredero y próximo candidato en las elecciones del año 2012.

Con él se va un político que, por razones oscuras, siempre le puso la proa a las empresas españolas. Un hombre que no deja otra escuela política que la ambición de poder y de riqueza.

Corrupción fue palabra frecuente en las crónicas de su etapa presidencial. Aún así, según todas las encuestas, era el favorito para suceder a su mujer en la Casa Rosada. Son misterios de la política argentina. Un país, cuyas reacciones políticas colectivas son difíciles de entender para quienes no son argentinos. Hablando de esos misterios, Borges decía que a lo largo de la Historia, fueron muchos los argentinos que jamás salieron de la perplejidad. Así siguen.