Hace unos meses traíamos a este comentario la expresión «refugiados climáticos» que me sorprendió cuando leía un informe sobre el cambio climático y sus consecuencias en un anuario sobre el estado del mundo. Entonces me resultó curiosa pero no le presté mayor atención. Hace unos días he vuelto a encontrarla en el Atlas de las Migraciones que acaba de editar Akal y la UNED en España en la adaptación de la edición francesa publicada por Le Monde Diplomatique. La historia de la Humanidad puede entenderse también como un constante desplazamiento de pueblos, por causas diversas, sobre la superficie terrestre. La expresión migración climática hace referencia al proceso por el que un grupo de personas se ven forzadas a trasladarse desde sus lugares de residencia habitual a otros territorios debido a las consecuencias de fenómenos atmosféricos extremos o a los efectos del calentamiento térmico planetario. Las manifestaciones directas del cambio climático (subida del nivel del mar en islas) o de sus efectos derivados (disminución de cosechas por reducción de lluvias) están detrás de estos desplazamientos. Las Naciones Unidas ha denominado «refugiados climáticos» a aquellas personas de Tuvalu, Carteret y Vanuatu que, en reducido número todavía, han tenido que desplazarse ya por efecto de las alteraciones climáticas. Se ha constituido una Alianza de Pequeños Estados Insulares (AOSIS) que agrupa a 42 países isleños del Atlántico, Índico y Pacífico y que tiene por objeto el seguimiento y vigilancia constante de los efectos de los cambios ambientales en sus pequeños territorios. Es muy interesante la consulta de su página web http://www.sidsnet.org/aosis/.