Es cierto que tenemos acumuladas reservas de agua para poder abastecer nuestras demandas a lo largo de este año; es cierto también que desde el comienzo del presente año hidrológico —en octubre del año pasado— las precipitaciones en nuestra zona mediterránea están dentro de los valores considerados normales. Pero desde el pasado enero no llueve con la cuantía y regularidad que debiera. Los datos pueden consultarse en el Boletín Hidrológico del Ministerio de Medio Ambiente o en la propia web de AEMET. Enero resultó seco y febrero ha tenido un comportamiento similar. Apenas unas decenas de litros por metro cuadrado en el conjunto del litoral mediterráneo. Escapan a estas condiciones el norte de Girona, el archipiélago balear y algunos sectores del norte de Alicante y sur de Valencia donde las lluvias han sido algo más generosas. No se ha formado un «buen temporal» de levante, tan sólo el paso de borrascas atlánticas, que llegan a este lado de España bastante desgastadas, han animado la circulación atmosférica en estos dos primeros meses del año. Hay un patrón sinóptico que caracteriza la sequía en nuestro territorio: si se producen más de 150 días con situación anticiclónica el año termina siendo seco o muy seco. De momento, ya llevamos una treintena de días de este tipo: días estables, sin lluvia. Y hay que recordar que los meses de junio, julio y agosto, suelen sumar otros setenta días secos… Vamos a ver si la primavera arregla la situación con sus «teóricas» lluvias.