Había visto Slumdog millionaire, la película de Danny Boyle que emitió La 1 la noche del domingo, y la que venía después, Salvar al soldado Ryan, me imaginaba que algún niño fenómeno de Los protegidos volvería a sacar de quicio con sus trucos a la vecina cotilla, la siempre estupenda Gracia Olayo, pude ver el cachito semanal que intento no perderme de El club de la comedia en La Sexta, sobre todo el de este domingo, con el morbo añadido de contar con Amparo Baró, a la que pudimos ver como siempre, con cara de mala leche aunque contara cosas graciosas, y las contó, y muy bien por cierto, y en verdad en verdad les digo que la destrucción, explosión, implosión, consumición, o aparición de Belén Esteban en Aída me dejaba más frío que a Muamar el Dadafi el horror de sus crímenes.

Así que me fui al paraíso con un Billete a Brasil.Eso creían los concursantes del nuevo programa de Cuatro, que iban al paraíso, que una de las seis parejas cambiaría su vida sin apenas esfuerzo al recibir por su cara bonita la Posada Luar das aguas, que gestionarían frente al mar en Boipeba, un pueblo brasileño con encanto. Pero el paraíso cuesta. Y uno, en casa, siente placer viendo cómo alguien sufre, grita porque hay cucarachas, se enfada porque no descansa bien, todos reciben la bronca del alcalde por haber pinchado con chulería la luz general, o un tal Manuel, que aspira a ser guardia civil y lleva cuatro o cinco negativas es el típico fanfarrón que dice que es más listo que nadie, pero es el que se parte la cabeza con un palo y se desmaya como un cachorro en cuanto ve sangre. Tienen 69 días para hacer de la ruina un palacio. Julián Iantzi presenta el concurso que propone cambiar de vida. No es mala idea.