El recuerdo aún es cercano en Valencia. El 3 de julio 2011 se cumplen cinco años del accidente de metro más grave de la historia de este país, cinco años en los que los familiares de los 43 fallecidos y 47 heridos en el siniestro siguen sin obtener una respuesta a lo sucedido.

Los miembros de la Asociación Víctimas del Metro 3 de Julio (AVM3J), están indignados con un Gobierno valenciano que no escucha sus peticiones para mejorar la seguridad del metro, ni las quejas respecto a las irregularidades de la investigación. Tampoco muestra interés en esclarecer las causas del accidente, ni pretenden asumir su responsabilidad, ya que el único responsable para ellos fue el maquinista que murió en el accidente. Se declaran apartidistas, pues aunque interesados en participar en la vida social ciudadana, no deben obediencia a ningún partido político, y critican la actuación del Gobierno valenciano antes y después del trágico accidente, con el derecho que les da el ser víctimas de tal siniestro.

También quieren políticos honrados que se ocupen del ciudadano, del ofendido, del humillado; no quieren políticos de esos que están en política sólo para enriquecerse. No quieren políticos que aceptan regalos a cambio de beneficiar al otorgante, ni políticos preocupados sólo de los grandes eventos publicitarios, y que se alejan totalmente de las preocupaciones reales de los ciudadanos de a pie.

Y por supuesto, quieren una justicia real que no tape las miserias de los gobernantes y las injusticias cometidas con las víctimas. Piden un juicio interesado realmente en esclarecer las causas del fatídico accidente y que los responsables asuman su responsabilidad. Un juicio que no se archive apresuradamente y en el que se deje a las familias aportar la documentación necesaria para demostrar que el accidente era «predecible y evitable».

Cinco años reuniéndose todos los días 3 de cada mes en la plaza de la Virgen, ante la puerta de la Catedral, para exigir a Francisco Camps, president de la Generalitat valenciana, simplemente una cosa por encima de cualquier otra, que nos reciba aunque sea para decir simple y llanamente que lo siente. Y no haber transcurrido cinco años de menos precio por parte del president de la Generalitat, que a fecha de hoy no se ha reunido con nosotros. Cinco años de entereza y lucha por parte de la Asociación, y si hace falta, seguiremos otros cinco años más, y los que hagan falta. No nos van a callar ante la irresponsabilidad política y judicial.

De nuevo, familiares y amigos de las víctimas volverán a hacer el recorrido que tiñó de sangre la ciudad de Valencia aquel fatídico 3 de julio.