La derecha cainita que puebla estas tierras ha decretado un mandamiento para aplicar en las políticas de gestión de las administraciones, que de manera inconsciente todos vamos asumiendo. Este nuevo mandamiento, el de ´Recortarás a tu padre y a tu madre´, va encontrando adeptos ciegos. Un axioma que obliga a recortar a tus progenitores porque, procedentes de una España donde se vivía peor, contaban con unos servicios que te trataban mejor. Por injusta que parezca, la crisis va a servir de excusa incuestionable que permita que todos traguemos con este mandamiento. Recortarás a tu padre y a tu madre, sin medir sus consecuencias, sin analizar sus efectos, sin sopesar los prejuicios, asumiendo que gastar menos es vivir mejor. Sin recurrir a teorías económicas, que desconozco, bien es cierto que la necesidad para sostener un sistema socialmente justo no requiere gastar menos, sino gastar mejor. Es ahí donde debemos frenar la furia depredadora de la derecha que quiere convencernos que hay cosas que sobran, las que igualaban al hijo del carpintero con el hijo del consejero delegado, ambos de la clase media: el colegio y el centro de salud. Hay mandamientos que no deberían ser cumplidos, y éste deberíamos enterrarlo antes de que nos entierre a nosotros por falta de personal sanitario, que se encontrará en la fila del paro o en otro país ejerciendo su labor profesional y social.

El nuevo mandamiento es el último paso de esta derecha que ha logrado en estos últimos años que el Estado de Bienestar cada vez sea menos útil para las clases medias. Este es su verdadero logro, su éxito y su meta. La derecha, instalada en el poder de las Comunidades Autónomas, verdadera administración con competencias para ofrecer servicios públicos, gratuitos y universales a todos, ha ido acotando las prestaciones y sus beneficiados. De este modo, las clases medias - como nos autodefinimos el 90% de la población valenciana-, cada vez goza menos de las ventajas del Estado del Bienestar.

Los ciudadanos, los trabajadores, sufrimos el estado de miseria de la sanidad pública, falto de recursos y de profesionales (incluso antes de la crisis) que nos obliga, para cuestiones menores, a acudir a un médico o seguro privado. La salud si entiende de tiempos es para empeorar, y la clase media prefiere acudir al servicio privado que le atiende con más premura a costa de su bolsillo. Los hijos de esta clase media, ante la falta de plazas escolares en su barrio o la imposibilidad de asegurarse un lugar en el comedor escolar, tendrá todo encaminado para que sus padres – de esa amplia clase media – lo matriculen en un centro privado, mal llamados concertados. Al final de este proceso, los hombres y mujeres de las clases medias no ven el resultado ni la contraprestación de sus impuestos y comienza a desconfiar del Estado del Bienestar, simplemente, porque no lo siente como útil.

Este es el logro de la derecha, un trabajo concienzudo de hormiga que lleva aplicando desde que Aznar tomó las riendas de este país. Un trabajo excelente, porque no levanta ruido, no alerta a nadie en tiempos de bonanza, no causa prejuicios visibles inmediatos, sólo molestias, hasta que el sistema se vuelve insostenible. Y en este estado, la derecha logra convencer a las clases medias de que el pago de sus impuestos es excesivo para lo que les reporta. Se crea un bucle perfecto que justifica con apoyo social las bajadas de impuestos, que merman paulatinamente la calidad y la extensión de los servicios hasta, si no se remedia, el colapso final.

El modelo es, pura y duramente, lograr un sistema donde la educación, la sanidad y el resto de servicios se conviertan también en productos del mercado con el que hacer negocio. Y reducir definitivamente el Estado del Bienestar a un sistema asistencial, donde las clases medias no se sientan reflejadas ni atendidas porque disponen de recursos, cuentan con un entorno de protección como es la familia y, sólo en casos dramáticos, recurre a la protección de la administración. Una necesidad que no sienten hasta que no les llega. Le propongo a la derecha que cumpla otro mandamiento, el de ´No mentirás´ como norma de funcionamiento para que desvele, como no quiere hacer el candidato Rajoy, qué pretende hacer con nuestro país, con nuestras madres y padres, con nuestros hijos. Sobre todo, porque hay muchos alicantinos, valencianos y españoles, que no estamos dispuestos a recortar ni a nuestros padres ni a nuestras madres.

*Portavoz adjunto PSPV-PSOE Diputación Provincial Alicante