El Síndic de Greuges cumplió ayer con el rito anual y entregó al presidente de les Corts el informe de actividades correspondiente al ejercicio 2010. Como dato más destacado, el hecho de que el número de quejas casi se triplicó respecto del ejercicio anterior, lo que la institución que dirige José Cholbi atribuye a una mayor facilidad de acceso por parte de los ciudadanos. Asimismo se han detectado casos de denuncias colectivas que han contribuído a incrementar esas cifras. Infraestructuras, valenciano y ley de Dependencia han sido los tres principales asuntos que motivaron el año pasado las quejas de los ciudadanos. Y precisamente la dependencia ha provocado que el Síndic incluya a la Conselleria de Bienestar en su «lista negra», apenas unos días después de que el conseller Cabré sacara pecho sobre la gestión de su departamento en ese capítulo.

Resulta llamativo el repaso exhaustivo que la Sindicatura ha hecho a la política social de la Generalitat, a la que reprocha también su actuación lenta o insuficiente en cuestiones como la renta garantizada o las ayudas a la VPO, que cobran especial urgencia por la crisis que afecta a miles de ciudadanos. Asimismo, es significativa la preocupación que manifiesta por la eventual reducción del valenciano en la Educación Secundaria con la que amenazan los proyectos que baraja hasta el momento el Consell. Sin embargo, muchas de estas críticas se arrastran de años anteriores, lo que lleva a preguntarse sobre la receptividad de las Administraciones afectadas y la incidencia real del organismo llamado estatutariamente a encauzar las quejas de los ciudadanos.