El Ayuntamiento de Valencia se carga la Mostra para ahorrar 1,8 millones de euros y el mismo día, en su hemiciclo, la entidad de residuos metropolitanos controlada por el gobierno de la capital decide encarecer la tasa un 15 2% a los vecinos y subir más de 3 millones los sueldos de 82 empleados. Adiós de un plumazo al doble de lo que se iba a dejar de gastar con la bajada del telón cinematográfico. Uno no alcanza a entender cómo es posible que Alberto Fabra gobierne toda la Comunitat Valenciana por 66.000 euros al año y el director de la planta de basuras de Quart de Poblet necesite 111.000. El siempre reservado presidente de la entidad metropolitana, Ramón Isidro, sólo hablaba para decir que arrastraba un gran déficit, que había que pagar atrasos y que, como subraya Rita Barberá, reciclar es caro. ¡Y tanto, con esos sueldos! Hay ingenieros pidiendo trabajo como cajeros en Mercadona y el jefe de presupuestos de la planta se lleva 78.953,45 euros a instancias de Isidro. ¿Recortes? Ja.