De entre todos los retos institucionales y orgánicos que debe afrontar en 2012 el presidente del Consell, Alberto Fabra, la crisis económica centró anoche su mensaje de Año Nuevo, el primero como jefe del ejecutivo tras la dimisión de Camps. Como se esperaba, Fabra continuó el guión marcado por Rajoy tras la dura subida de impuestos y el tijeretazo aprobado el pasado viernes y prolongó su ideario, marcado por la crisis y la austeridad. Es el mismo marco en el que han abundado todos los presidentes autonómicos: llamamiento a la unidad para salir de la crisis, que se ha de afrontar con el sacrificio de todos; reconocimiento de que 2012 será un año duro; el objetivo de detener la sangría del desempleo; los recortes como medida imprescindible para frenar el déficit. Una tarea común que requiere un esfuerzo colectivo. Fabra se comprometió a crear empleo y anunció una nueva batería de medidas de austeridad para reducir el gasto de la administración. Una política de la que ha hecho bandera desde su llegada a la Generalitat, pero que no evitará, en todo caso, los severos ajustes marcados en rojo en la agenda de 2012, y que aún deben concretarse, como el ERE de RTVV o los planes de ahorro esbozados y que se han de ejecutar en la práctica. En este sentido, el presidente del Consell anunció otro tijeretazo, esta vez de mil millones, que se aprobará en el próximo pleno del Consell. Fabra también reclamó, en su primer mensaje institucional de Año Nuevo, una financiación que no perjudique a la Comunitat Valenciana.