Ante la entrada en funcionamiento de la comisión de investigación del petardazo de la CAM prevista para hoy en las Corts, el clásico Rafa Blasco, portavoz del partido plenipotenciario, ha dicho haber observado «con preocupación las informaciones aparecidas en los medios de comunicación sobre sueldos inalcanzables y conductas que distan mucho del ejemplo que hay que dar en mayor medida en tiempos de crisis como los actuales». El portavoz adjunto del dicharachero pesoe ha replicado al instante que todo es una pantomima y que los de enfrente «no tienen interés en esclarecer lo sucedido». Es decir, que los representantes de los partidos mayoritarios, que en las últimas legislaturas han ostentado en Madrid y en la Comunitat la responsabilidad sobre los departamentos de Economía y demás amén de tener a sus hombres en el Banco de España unos y en el Instituto Valenciano de Finanzas los otros, ¿se han enterado de lo ocurrido por lo que ha venido publicándose tras el estallido? No es extraño que el Consell haya dejado de un plumazo 46 organismos públicos en seis grupetes. Total, para lo que sirven. Y, entonces, ¿por qué y para qué han venido pegándose durante años por copar los puestos en el Consejo de la caja y en el resto de organismos, incluido el sarcasmo de la comisión de control? ¿Para que los amigos de la misma cuerda se autoconcedieran créditos millonarios? ¿Y sin que el Gobierno valenciano autorizara esos créditos o autorizándolos?

Un preso que se encuentra en el psiquiátrico de Fontcalent por matar a sus padres en el barrio de la Fuente de San Luis (Valencia) viene cobrando de la Seguridad Social la pensión de orfandad. Lo perpetrado con la CAM ha sido un crimen, y los autores y sus cómplices tienen nombres y apellidos. Y, sin embargo, aún no se ha creado la comisión de investigación y ya hemos empezado a zaherir. Qué gozada.