Ya han visto el emblemático vídeo «Chingando en la UPV» que lleva casi 700.000 visitas en Internet? Tras una ventana de esos fríos edificios de la Universidad Politécnica un chico y una chica consuman un apasionado coito a la sombra de una palmera de interior. Durante unos minutos que alcanzan eternidad los amantes bordan movimientos espectaculares, hasta que se visten y desaparecen de escena, ajenos a que su gesta ha sido inmortalizada. Los autores del vídeo, que responden a los nombres de María y de Raúl, estudiante de dibujo técnico, se muestran escandalizados y aderezan el espectáculo con frases tan literarias como «¡Però que no es tallen…! ¡Dale que te pego!»

Valencia vuelve a ser vanguardia. En el París crepuscular Robert Doisneau captó la instantánea «El beso del Ayuntamiento», con el ocasional morreo entre los estudiantes François Bornet y Jacques Carteaud. Consta en el Guinness como la foto más vendida de la Historia, con 410.000 copias por el mundo. Nuestros chicos lo superan.

Otra pasión famosa es el «Beso de Times Square», donde un anónimo marinero osculiza a la enfermera Edith Shaim justo cuando se anuncia que ha acabado la Segunda Guerra Mundial: «Le dejé besarme porque había estado en al guerra, luchando por todos nosotros», dijo ella. El autor de la foto fue Alfred Eisenstaedt, refugiado judío que tributó un inconmensurable homenaje al amor humano.

Cada año, en conmemoración de ese momento, cientos de parejas se citan en aquella calle de Nueva York para besarse de nuevo y recordar aquella exaltación de la esperanza y los sentimientos. Esto debería ser imitado por los alumnos de la Politécnica y cada año, en esa fecha, reunirse a retozar en esas aulas ariscas, humanizándolas.

El vídeo del amor politécnico demuestra que una juventud en crisis tiene que explayarse donde sea. Sin casa propia, sin dinero para un motel, sin lugares habilitados en la rúe, nada mejor que acogerse al «Alma Mater». Los perros tienen «pipicanes» para sus necesidades, los jóvenes están desamparados.

Cuando Manuel Matas sugiere que las sedes de los partidos políticos debieran habilitarse como bibliotecas, debería añadir que como hostales por horas. Indudablemente holgar entre las fotos de los ilustres políticos incentivaría la participación juvenil en los asuntos de la sociedad. Así el PP no tendría que pedir rebaja en los alquileres, pues con la venta de profilácticos se financiarían gastos. Y usar la sede socialista, frente a las torres de Serranos, se convertiría en un auténtico hito turístico.

Queridos copuladores politécnicos: estamos esperando que descubráis públicamente vuestra sabia identidad y concedáis una entrevista. Sois la fuerza imparable de la naturaleza imponiendo su destino. No hagáis caso de esos comentarios catetos de María y Raúl exigiendo que lo hagáis en vuestra casa. Qué pena me dan los videograbadores, que en lugar de disfrutar haciendo lo mismo se flagelan lamentando que lo hagáis vosotros. Desde luego yo encabezaría una colecta para que un buen escultor modelara dignamente un monumento en vuestro honor. Esa escultura, entre todas esas obras extravagantes que adornan los jardines de la Politécnica, sería la más venerada de todas por méritos propios.