Vamos conociendo más detalles del escándalo del chófer, la cocaína y las subvenciones, caso que tiene nombre como de película chusca. Francisco Javier Guerrero, ex director de Trabajo de la Junta de Andalucía, gastó en pocos meses 900.000 euros en francachelas vespertinas luego de la sagrada mañana laboral. Todo lo repetido se convierte en rutina y la de este dúo, Guerrero y su chófer, que despachaban en un bar parte de las subvenciones que manejaba el departamento, tenían montada la suya con oficina matinal, almuerzo bien regado y tardes de barra, vidrio y nariz. Pero además de los vicios privados, vamos sabiendo virtudes públicas. Guerrero entregaba una tarjeta a algunas de sus visitas en las que se autotitulaba como ´pensador´, siendo notorio que en ambientes políticos era más conocido como vividor. Guerrero, de apellido combativo y con empleo en el departamento más árido en estos tiempos, tenía tal vez por ello que combatir la realidad prosaica. Con poesía. Publicó ´Cuando una noche llueve´, libro que si bien no va a pasar a las antologías podría beneficiarse ahora de una publicidad adicional y extraliteraria. No va a ir al cielo de los políticos, pero tal vez –por encontrar algo bueno en su conducta– el libro lo impulsa al Olimpo de los poetas. El exdirector está acusado de tráfico de influencias, malversación de fondos públicos y prevaricación y fue su chófer el que dio detalles de todo a la Policía. Tal vez agobiado por la paradoja que supone ser conductor profesional y acabar tu jornada ´laboral´ en tal estado que tengas que coger un taxi. Eso, por esnifar tantos sonetos. La juez Mercedes Alaya, que para los socialistas es un coco con toga, ha pedido instruir el caso, ya lleva el de los falsos Eres, y en el Partido Popular te cuentan que el escándalo irá a más. Dosificado convenientemente. Rajoy va a Andalucía a celebrar sus convenciones, a pedir votos para Arenas. Rubalcaba coincide con él en la región pero sólo viene a pedir votos para él. De militantes. La corrupción corroe a parte del PP valenciano pero es al PSOE andaluz, que gobierna el mayor y más claro objeto de deseo político actual (Andalucía) al que se le ve como perro flaco incapaz de hacer purgas. Purgas para eliminar manzanas podridas y regenerar el patio. Los escándalos socialistas en Andalucía impregnan a dos meses y pico de las elecciones el ambiente de fin de época. Mientras, para perfumar ese hedor, Griñán viaja por todas las provincias teniendo cada día un acto o comparecencia, una foto, en sitio diferente que forzosamente verse sobre modernidad o innovación. Universidades, metros, parques tecnológicos. Guerrero reniega de su vida anterior. Y como pensardor, piensa. Pero sólo le va a salir una sentencia. Y ripios.