En USA, los candidatos a candidatos, o sea, los que buscan la nominación de su partido, se zurran sin piedad en ese primer asalto, como estamos viendo ahora entre los que aspiran a liderar el Partido Republicano, o vimos en las anteriores presidenciales entre Obama y Hillary Clinton. El peligro es que pueden llegar malheridos al segundo y definitivo asalto (las elecciones), pero la ventaja es que el nominado ya estará curtido, y además gran parte del material explosivo se habrá detonado. Un país duro donde se juega duro. Aquí en España las cosas son distintas: todo el mundo mide antes de soltar el puño, y los partidos se ocupan de que los luchadores no se hagan daño, obligándoles a usar guantes muy pesados. Son preferibles estos combates sin sangre (como el de Chacón y Rubalcaba) al puro pasteleo, pero a veces echa uno en falta algo más de adrenalina, una ceja partida o una nariz rota.