Una de las pocas cosas sobre meteorología que nos enseñaron de pequeños en el cole es que la presión atmosférica al nivel del mar, en condiciones normales, es de unos 1.013 milibares. Todos sabemos también que un anticiclón es un centro de altas presiones y que las borrascas están asociadas a las bajas presiones. Pero más allá de estas cuestiones bastante banales, la Revista del Aficionado a la Meteorología (RAM), una excelente publicación de divulgación científica en internet, ha echado recientemente un vistazo a los récords mundiales de bajas presiones. Los episodios más notables que se han observado tienen su origen en ciclones tropicales, a los que se denomina huracanes en el Caribe y otras zonas del Atlántico y se conoce como tifones en algunos países asiáticos, como Japón. De momento, oficialmente se sigue reconociendo como récord mundial de baja presión al nivel del mar el dato de 870 milibares registrados el 12 de octubre de 1979 cerca de la isla de Guam, en el océano Pacífico, durante el tifón Tip. Le siguen los 879 milibares observados en Australia durante el ciclón Monica, aunque en este caso se trata de una estimación, no de una observación real. Aunque no son comparables a éstos, los datos de las borrascas extratropicales que tenemos en Europa también son dignos de mención. En este apartado el caso más destacado es el de la borrasca que se profundizó hasta los 912 milibares entre Islandia y Escocia el 10 de enero de 1993. Es notable, asimismo, la borrasca de 916 milibares que hubo el 15 y el 16 de diciembre de 1986 al sureste de Groenlandia.

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