En la edición de 2011 del informe Señales Medioambientales, que publica anualmente la Agencia Europea del Medio Ambiente, se incluye un análisis sobre los efectos del calentamiento planetario en la salud de los seres humanos. En algún comentario anterior hemos señalado la estrecha relación entre las condiciones atmosféricas y climáticas y la salud humana. En la actualidad, dentro del campo de la biometeorología se están desarrollando investigaciones muy interesantes sobre la relación entre el desarrollo de determinadas condiciones meteorológicas en días concretos y la ocurrencia de muertes por enfermedades cardiacas, pulmonares o cerebrovasculares. Pues bien, hay dos datos del mencionado informe que resultan realmente preocupantes: para la población de la UE, se ha calculado que la mortalidad aumentará entre el 1 % y el 4 % por cada grado que aumente la temperatura por encima del valor medio normal de cada localidad. Además, en la década de 2020 el aumento estimado de la mortalidad relacionada con el calor, resultante de las previsiones sobre el cambio climático, podría superar las 25.000 muertes anuales, principalmente en las regiones de Europa central y meridional. La adaptación a los efectos de la subida de temperaturas en nuestro planeta debe interesarnos porque el efecto directo, más dramático, de este calentamiento planetario, puede ser la perdida de la propia vida. No es una cuestión para tomársela a broma.

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