Señor presidente del Gobierno, tenemos mucho susto. El lunes fue el cuñado de Juan; el martes, el hijo de Antonio; el miércoles, el marido de Sonia; el jueves, la misma Sonia... Y así de forma sucesiva. No hay día de la semana sin desgracia. El vecino finge que va a trabajar, pero se pasa el día dando patadas a las piedras.

—Todavía no le he dicho a mi mujer que me han echado -me confesó el otro día en el ascensor-. ¿Sabes de algo?

«Sabes de algo» significa si puedes colocarle, si te puede dar el currículum para que se lo pases a alguien. Hasta hace poco, cuando dos conocidos se encontraban, hablaban de la hernia discal, ahora sólo se habla del paro, de la que se nos viene encina, de la falta de horizonte.

—¿Tú crees que todo esto que están haciendo sirve para algo?

—No lo sé, chico, no conozco la maquinaria del capitalismo por dentro.

Señor presidente, tenemos mucho susto, por favor. Te asomas un rato a la ventana y ves volver a los hijos a las casas de los padres. Estamos hablando de gente de treinta o cuarenta años, que ha sido abatida por los francotiradores del capital. Vienen con uno o dos críos pequeños a comerse los ahorros de los abuelos, a repartirse su pensión. Llegan con más miedo que vergüenza porque caen como moscas, no ya en las estadísticas, que las estadísticas ni las leemos, caen aquí al lado, en el portal de enfrente, en la puerta de al lado, en el edificio de la esquina, en la cola del pan€

—¿Sabes de algo?

Entre tanto, el dinero grande se larga del país, se va, se ha ido en el último año una cantidad de capital con la que arreglaríamos tres crisis. ¿No hay forma de detener esa hemorragia? El Barclays toma medidas para la eventualidad de que España salga del euro. Todo el mundo toma medidas, todo el mundo menos los contribuyentes honrados, a quienes nos toman las medidas, como a los difuntos, para el pijama de madera. Señor presidente, tenemos mucho susto, mucho, mucho susto, póngase en nuestros zapatos: las balas silban cada vez más cerca. ¿Tiene usted un diseño para salir de ésta o actúa a tontas y a locas?