Leo en la consulta del dentista un artículo sobre nanotecnología según el cual quizá en el futuro podamos hacer cosas más grandes, pero no más pequeñas. Por el lado de lo pequeño hemos alcanzado el límite, de modo que si queremos reducir más el tamaño de nuestros ordenadores o marcapasos, tendremos que crear microbios que realicen las funciones que ahora encargamos a los chips. Hablo por aproximación, claro, digo lo que me pareció entender bajo los efectos de un par de nolotiles con los que había acudido a la consulta. Y lo que me pareció entender es que estamos a dos miércoles de fabricar ordenadores biológicos. Quiere decirse ordenadores construidos a base de seres vivos diminutos que se encargarán de transmitir datos al modo en que la serotonina actúa como sustancia neurotransmisora dentro del cuerpo animal.

Cuando uno escriba en su ordenador la palabra próstata, por ejemplo, o antiflogístico, da igual, cualquier palabra, serán unos microbios los encargados de provocar el efecto dominó que llevará ese término hasta la pantalla. El interior del portátil será un reservorio bacteriano cuya virulencia, nunca mejor dicho, dependerá de la clase de bichos que hayamos metido en su interior. Así como la mencionada serotonina cumple una función neurotransmisora importante en la represión de la ira o del vómito o del apetito, habrá ordenadores con microorganismos especializados en esto o en aquello. Si usted quiere escribir, pongamos por caso, una novela cruel, deberá adquirir el portátil adecuado, porque los bichitos especializados en la crueldad no tendrán las mismas características que los especializados en el amor. Mi portátil actual, que es una antigualla, y yo tenemos un grado de identificación fuera de lo normal. Ya he contado alguna vez que cuando me levanto con tos, él tiene una temperatura superior a la corriente. Mi tos le da fiebre. Así las cosas, ¿cómo será de intensa mi relación con estos nuevos ordenadores vivos que se anuncian? ¿Envejecerán como mi perro, pobre, que ni ve ni oye? ¿Le dolerán las muelas como a mí?

€Puede pasar, me dice la enfermera.