Ha sido una decisión meditada por una cuestión fundamental, responsabilidad política. Como alcalde de Gandia y presidente del PP de mi ciudad he tomado una serie de medidas con el conocimiento de la situación real, no hay que olvidar que los socialistas han dejado Gandia arruinada, con una deuda de 300 millones de euros, casi 50.000 millones de las antiguas pesetas. Los mismos que ahora critican la medida adoptada por el Gobierno que presido.

He dicho, y mantengo públicamente, que hay que aligerar la administración de personal, funcionarios, políticos, cargos de confianza, asesores, etc., o será imposible salir de este agujero en el que estamos. Hay que reformar el Senado y si me apuran mucho eliminarlo, reducir diputados drásticamente al igual que concejales, por supuesto guardando la proporción. Hay que recortar funcionarios, en la medida que cada administración pueda soportarlo. Es muy difícil hacer viable un Ayuntamiento como el de Gandia cuando su gasto de personal es casi el 40% de los ingresos. En resumen, hay que poner esto al día, coger el toro por los cuernos y dejar una administración ágil, eficaz y con el mínimo gasto posible. Cargar las tintas siempre sobre los mismos no es justo y a la larga es peligroso. Quizá la que más haya llamado la atención mediática sea el que haya renunciado a mi sueldo como alcalde, pero eso es sólo un ejemplo, los que me conocen saben que mi máxima ilusión era ser alcalde de mi ciudad y para ello pasé años muy difíciles en política, años de sufrimiento y menosprecio en la oposición, y al final conseguimos lo que Gandia quería, un Gobierno del PP. Gracias a Dios, mi faceta empresarial me permite no depender de los cargos políticos para vivir. Desde el inicio de legislatura, ya decidimos reducir notablemente los cargos de confianza y eventuales, nombramientos fuera de lugar, restructuración de distintos departamentos, lo que nos llevó a ahorrar en la legislatura más de 9 millones de euros. Ahora con esta medida ahorramos casi ochocientos mil euros más, medida excelente acogida por la mayoría de funcionarios y ciudadanos, porque entienden que los responsables políticos «se aprieten el cinturón», como lo hacen la mayoría de los ciudadanos debido a la crisis económica. No es de recibo que sin tener ningún tipo de responsabilidad política municipal las retribuciones sean similares a quien sí la tiene. En Gandia, después de 28 años de otros gobiernos llamados «progresistas», el pasado año la ciudad votó por mayoría absoluta al PP en todas las elecciones, y es nuestra responsabilidad sacar a esta ciudad del pozo y tomar medidas meditadas y responsables. Con estos ajustes Gandia se ahorra diariamente más de 8.000 euros, o alrededor de millón y medio de las antiguas pesetas, mayoritariamente en cargos eventuales y políticos. Y esa es una motivación más que justificada. Ahora los más críticos, los socialistas más populares, justamente son quienes han estado y siguen cobrando de distintas administraciones, provincial, autonómica y local, sin renunciar a ninguna de sus asignaciones en el ayuntamiento, duplicando así su sueldo. Esa es la manera de dar ejemplo, esa es la forma de entender la política de los socialistas de Gandia.

Son tiempos difíciles para todos y los que tenemos una responsabilidad política, buscada voluntariamente pero refrendada por los ciudadanos, debemos de tomar medidas que, aunque nos duelan, vayan en consonancia con los tiempos. Admiro la valentía de Rajoy, la responsabilidad de Fabra, el realismo de Rus, y creo que sus decisiones son, a veces, difíciles de tomar, pero un gobernante lo hace para todos, por ello no debemos dejarnos llevar por la mediocridad. Estamos comprometidos y obligados a aplicar medidas responsables, porque jamás un gobierno será justo si los que gobiernan son la minoría y los gobernados no representan a la mayoría. La gente tiene que notar, que los del PP somos diferentes.