Primero fue la responsable de la Secretaría de Señas de Identidad del PP en su entrevista con Levante-EMV, y ayer mismo el secretario general del partido, quienes deslizaron el mensaje de que el anunciado traslado de la celebración del 9 d´Octubre a un lunes podría no llevarse finalmente a cabo. «El sentimiento de pueblo hará que se mantenga el 9 de octubre como día de fiesta caiga como caiga», afirmó Maria Àngels Ramón-Llin en estas páginas. «El Consell tomará una decisión cuando escuche a todos», señaló ayer Serafín Castellano. De esta forma, el anuncio que el presidente Alberto Fabra presentó como decisión en firme semanas atrás, de trasladar a lunes tanto la fiesta de la Comunitat Valenciana como la de San José, se plantea ahora como una posibilidad pendiente de las consultas pertinentes. En la misma línea abierta por la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, que instó a negociar el cambio del día de la cremà con los falleros.

El también conseller de Gobernación insistió ayer en que la propuesta de cambio está condicionada por la crisis económica. Pero al dejar ahora la puerta abierta al diálogo se dibuja una cierta marcha atrás en el anuncio inicial. Ahora, la disposición a negociar puede atemperar la agria polémica desatada en algunos sectores, incluso dentro del propio Partido Popular, y promover un consenso que sea capaz de compaginar las necesidades de los nuevos tiempos con tradiciones de arraigado uso social.