El Gobierno sitúa a finales de 2015 la posibilidad de un cambio en el sistema de financiación autonómico, según la respuesta dada al senador socialista Fuentes Curbelo. Además, añade el ejecutivo que ese año el Comité Técnico comenzará a estudiar los resultados que ha dado el actual sistema de financiación, y si fuera conveniente y estimara oportuno, entonces trasladaría una propuesta al Consejo de Política Fiscal y Financiera, el órgano que trata sobre el asunto, para realizar «posibles modificaciones». La conclusión inmediata es que el Gobierno no tiene ninguna prisa por modificar el modelo que perjudica a la Comunitat Valenciana de una manera objetiva, pues en eso están de acuerdo todos los especialistas y el conjunto de las fuerzas políticas valencianas. Los valenciano están en el furgón de cola en cuanto a financiación del Estado. Lo reconoce el partido que gobierna la Generalitat, y la oposición y las Corts se han pronunciado en innumerables ocasiones en ese sentido. Ayer mismo, el Consell y el PPCV insistieron sobre su «firme» reclamación, pero es evidente que la exigencia de los últimos años ya ha adquirido un tono bajo, primero porque el PP está en la Moncloa y después porque la crisis económica ha alterado el panorama: la Generalitat ha pedido ayuda financiera al Gobierno. Sin embargo, la Generalitat «pierde» cada año centenares de millones de euros por el manifiesto desequilibrio en la geografía de las cuentas. Y es evidente que los necesita. Las fuerzas políticas deberían urgir al Gobierno a acelerar el posible cambio en el sistema fijado en 2015.