Es la pregunta "clásica" a estas alturas del año en nuestro litoral mediterráneo. Si coincide con un verano caluroso, como está resultando éste, parece que se incrementa el temor a que ocurra un episodio fuerte de lluvias torrenciales a partir de septiembre. Vamos por partes. Es verdad que el incremento de calor estival aumenta las temperaturas del Mediterráneo frente a nuestras costas, convirtiéndolo en un mar muy potencialmente inestable. Uno de los elementos de lo que llamamos situación de "gota fría" está presente. Pero falta la fundamental: la situación atmosférica que genere inestabilidad y favorezca la formación de nubes convectivas capaces de precipitar grandes cantidades de agua. Y este segundo elemento es el que no sabemos si ocurrirá en las próximas semanas. O mejor dicho: es casi seguro que se formará alguna "gota fría", pero no sabemos con qué intensidad, ni qué espacio del litoral mediterráneo se verá afectado. Que tengamos aguas del Mediterráneo casi tropicales -27º C en el Golfo de Valencia, en Baleares o en la Costa Blanca alicantina- no es sinónimo de gota fría ni de lluvias torrenciales. En 2003 las aguas se calentaron tanto o más que este año €aquel famoso y tórrido verano- y en otoño no hubo "gota fría". La NOAA señala lluvias para el mes de septiembre. Pero esto tampoco es decir nada extraordinario en nuestro territorio. Si nos guiamos por las estadísticas €suelen romperse con facilidad en el clima mediterráneo- este otoño se cumplirán treinta años de la "pantanada" de Tous, veinticinco de la última gran avenida en el Segura y quince de la última riada en Alicante. Tal vez, por estadística, podría ser; o no.