Las encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) son rotundas. Desde 1984 hasta 2011 (fecha del último estudio de opinión), el sentimiento identitario de los valencianos converge hacia la postura mayoritaria de sentirse «tan español como valenciano». Este grupo ha pasado del 54% al casi 63% en las tres décadas estudiadas. Su afianzamiento es considerable. Ya son prácticamente dos de cada tres valencianos los que comparten esta convicción. El colectivo asciende a causa de la reducción de aquellos que se sienten únicamente españoles o más españoles que valencianos, grupo que ha disminuido su presencia (del 36 al 27%). Permanece inalterable el bajo porcentaje de vecinos que se sienten únicamente valencianos. El estudio demoscópico lo constata ampliamente: en el último sondeo distribuido por el CIS sólo el 1,3% se instala en el valencianismo identitario. Aunque esta cifra ha variado a lo largo de los 30 años (su techo llegó a estar en el 3,4% en 1998), lo bien cierto es que apenas ha mudado su carácter minoritario, lo que constrasta con otras comunidades autónomas con lengua vernácula en las que sí se ha disparado el sentimiento autonómico y en porcentajes bien visibles. La secuencia de estudios del CIS demuestra un hecho obvio: los treinta años de autogobierno, y a pesar del fomento „bien es verdad que intermitente„ de elementos referenciales propios desde el ámbito cultural, no han consolidado convicciones autóctonas que hayan alterado corrientes sociológicas profundas.