Los grandes incendios de este verano no sólo han culpado al tiempo de las consecuencias desastrosas provocadas por las llamas, sino que han generado una obsesión insana por limpiar el monte, sin tener en cuenta la función e importancia del sotobosque tanto para la biodiversidad como para evitar la erosión (a su vez, agravada por lluvias torrenciales como las de la pasada semana). De hecho, más que sanear nuestras masas forestales, que sufren el abandono social, se deben potenciar actividades económicas que mantengan su equilibrio de forma sostenible, como es el caso del pastoreo. Paralelamente, esta práctica también puede ser muy útil para acabar con las hierbas que crecen alrededor de los cultivos leñosos (olivos, viñas, frutales), y así, evitar el uso de herbicidas, que provocan contaminación y la compactación de los suelos. La gestión vegetal pasa por soluciones más naturales, por ello, científicos de la Universitat Autònoma de Barcelona han realizado un proyecto piloto para entrenar cabras y ovejas con el fin de que acaben con las hierbas, pero no con los brotes de los cultivos. De este modo, han suministrado cloruro de litio a los rumiantes para generar su rechazo espontáneo a las ramas jóvenes.