Mortalidad y clima

El clima tiene unos efectos inequívocos en la salud, especialmente las temperaturas, puesto que las personas somos animales homeoterms, que tenemos una temperatura del cuerpo constante, entre 36º y 37º. Así en climas cálidos o en verano la ausencia de confort por el calor provoca un incremento de la sudoración del cuerpo para mantener el equilibrio térmico, si la temperatura y la humedad son demasiado elevadas el cuerpo no puede desprenderse del calor acumulado y puede haber desmayos, incluso en algunos casos la muerte por golpe de calor, sobre todo si se realiza una actividad física intensa. También en días soleados de verano aunque la temperatura no sea muy elevada si andamos o estamos mucho rato al sol sin protección a la cabeza podemos tener una insolación. En climas fríos o en invierno sucede lo contrario, si no vamos suficientemente abrigados por la temperatura o sensación de frío que hace al exterior podemos sufrir los efectos del frío en el cuerpo. Así si la temperatura corporal baja de los 33ºC tendremos hipotermia y tendremos que ir a un centro sanitario para recuperar la temperatura de equilibrio, 36-37º, y si bajamos de 26º tendremos una muerte por frío. También podemos sufrir el frío excesivo en algunas partes del cuerpo periféricas no muy protegidas, como son los dedos de las manos y los pies y las orejas. Así con temperaturas inferiores a 0º podemos tener unos primeros efectos de congelación en forma de entumecimiento y si los tejidos de estas partes se congelan nos tendrán que realizar amputación de estos miembros.