En baloncesto se habla de los «minutos basura» para denominar a los instantes finales de encuentros cuyo resultado está sentenciado y, por tanto, no sirven para cambiar el desenlace del partido. Pues la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, ha decidido que sus presupuestos para 2013 sean unos presupuestos «basura», porque no están hechos para afrontar la situación de crisis económica que sufre la ciudad. Son inútiles para afrontar una situación para la que cada vez hay más consenso en considerar necesarias, por encima de las políticas de recortes, las de fomento del crecimiento económico.

Nos encontramos ante las cuentas municipales número 22, en el haber de la una alcaldesa que se podrían sintetizar bajo el epígrafe: «de aquellos polvos estos lodos y no solo de Emarsa». Y es que Rita Barberá lleva 21 años actuando de espaldas a la lógica, endeudándose en épocas de bonanza y ahora, en plena crisis, dejando la caja vacía para generar empleo y entregando a los bancos un dinero imprescindible.

Estos presupuestos se pueden resumir en cuatro cifras; por cada 4 euros que se dedican a devolver créditos a los bancos, 1 euros se dedica a inversión. O dicho de otra manera cada día del 2013 se pagaran a los bancos 320.000 euros y se invertirán 88.000 euros. Para el PP, primero los bancos y después las inversiones que puedan crear empleo. Las inversiones también podrían calificarse de «inversiones basura», porque son tan ficticias como el resto de los presupuestos. De los 31 millones dedicados a esto, si se resta los más de 8 millones para pagar el Pont de Fusta, que ya está inaugurado, y los 10 millones dirigidos a inversiones obligadas del ciclo integral del agua, el resultado es que los recursos que quedan son inocuos para el futuro de la ciudad. Estos «presupuestos basura», lo son, porque no sirven para solucionar el principal problema de los valencianos hoy, que es el desempleo. La alcaldesa propone para 2013 destinar prácticamente lo mismo que el año pasado en políticas de empleo. Así, mientras que en Valencia las políticas municipales de empleo suponen el 0,74%, en otras ciudades como Barcelona supone el 2,44%.

Pero frente a estos presupuestos, los socialistas proponemos conseguir 65 millones euros de ingresos extras haciendo que los promotores inmobiliarios paguen lo que les perdonó la política urbanística del PP, que las confesiones religiosas paguen el IBI y una reducción del gasto innecesario en publicidad y propaganda. Esos 65 millones proponemos dedicarlos a multiplicar por 6 las políticas de fomento del empleo, a destinar más recursos a las ayudas a las familias con necesidades y al cheque escolar, hasta llegar a los 15 millones; también a aumentar la inversión en rehabilitación y construcción de viviendas en el Cabanyal, y en otras zonas de la ciudad promocionando proyectos de ahorro energético, además de planes de revitalización comercial. En definitiva, frente a los «presupuestos basura» de Rita Barberá, los socialistas presentamos unos presupuestos útiles para fomentar la inversión, el empleo y la ayuda a los valencianos para que remonten la crisis actual.

?Concejal del Grupo Socialista del Ayuntamiento de Valencia