Afortunadamente, la naturaleza todavía nos supera y nuestros ríos sobreviven a los embates del cambio climático y la explotación humana. Pero todavía la sociedad sigue instalada en el concepto de que el agua se pierde si no se usa y solo se valoran los caudales extractivos, siendo los ríos meros sistemas de explotación para los organismos que los gestionan. La desecación de 9 killómetros del río Palancia en Castelló es una muestra de una actitud nefasta por parte de los gestores responsables. Es necesaria, pues, una intervención de todos los entes comprometidos „conselleria, CHJ y municipios„ para reconducir la situación y pasar de la ineficacia a una gestión sostenible de los recursos del agua.

La existencia de una legislación que ampara los posibles cambios para que los ecosistemas fluviales se protejan no ha sido suficiente y la Directiva Marco del Agua o la Ley 42/2007 del Patrimonio Natural y la Biodiversidad, figuran como marco en muchas regulaciones normativas posteriores que se cumplen a duras penas. Como el Plan Hidrológico, cuyo proceso está sujeto a prorrogas y excepciones al no poder cumplir objetivos europeos y con un resultado irregular. También en el ámbito de la biodiversidad el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras está recurrido y pendiente de resolución dando lugar a situaciones contradictorias. Tampoco se entiende la no aprobación y aplicación del Plan de Gestión de la Trucha Común de la Comunitat Valenciana después de cuatro años de preparación.

Son muchos los frentes a avanzar para conseguir una buena recuperación de nuestras masas de agua, el principal es la necesidad de restauración y conservación de nuestros ríos y humedales, siendo necesario una revisión urgente de sus usos y concesiones. Como hace el reciente Decreto 35/2013 por el que se regula el aprovechamiento sostenible de la anguila en la comunidad y que obliga a proteger unas zonas de reserva y permeabilizar los cauces estrangulados por barreras transversales. En el caso del río Palancia están impidiendo a las poblaciones salvajes de trucha común recuperar espacios río arriba en su cabecera, además de los abusos que dejan su cauce seco acabando con toda la biodiversidad fluvial.

Otro frente conflictivo por su repercusión social y los intereses en juego, económicos y supuestamente deportivos, es el de las especies invasoras en todas las variedades relacionadas con el ecosistema fluvial y que ponen en jaque el futuro de nuestras especies autóctonas.

Desde AEMS-Ríos con Vida de Valencia queremos manifestar nuestra preocupación por la escasa intervención por parte de la Administración valenciana para conseguir mejorar el estado de nuestros ecosistemas fluviales. Ríos con Vida es una organización que tras más de treinta años de historia sigue defendiendo la conservación de los ríos, sabemos que no estamos solos afortunadamente y que cada día la conciencia social va en aumento, porque nuestro futuro está unido al de nuestros cauces y riberas. El valor de los ríos para la cultura humana ha sido siempre un valor de vida, no seamos pues nosotros los que terminemos con lo poco que nos queda.